En navegación
A través de su documentación el CDE también preserva el viaje como trayecto. Así, una gran parte de su archivo atestigua la palabra en movimiento, aquella que nace en un barco o descansa en balnearios turísticos. De todo este circuito, destaca la correspondencia que Carlos, un marino mercante, escribe a ‘sus tres reinas’ entre 1983 y 1991. En la serie, el mismo autor titula sus cartas de dos formas: aquellas que son redactadas dentro del barco son llamadas ‘En navegación’; las escritas en el puerto reciben el nombre del destino en cuestión.
Carlos escribe desde Singapur, Filipinas, Japón, Taiwán, Tailandia, Australia y Venezuela, entre muchos otros países, para actualizar a su esposa e hijas de los avances de sus trayectos. Describe el dique seco que debe ser reparado para poder zarpar, los problemas sufridos en el motor principal, debido a un temporal, la ancla perdida y el desvío a Durban, Sudáfrica, para solventarlo. También alude a los tres días de navegación que separan Taiwán de Filipinas o menciona el rumbo que tomará para llegar a Australia desde Japón, regresando por el océano Pacífico, «pegando la vuelta por Cabo de Hornos y dar así la vuelta al mundo».
Avisa con tiempo de sus próximos destinos, deseando recibir allí las respuestas a sus cartas y llegando incluso a dedicar una página entera para ello: «Las adora Papa. Escriban a Taiwan». Su correspondencia, además, incluye postales enviadas desde Cabo Verde, Japón, Canadá, Italia y la ciudad de Barcelona, con «un beso grande desde este lugar tan lindo».
Carlos es un padre que, como muchos de los que se hallan en el archivo del CDE, se despide «con inmenso cariño». En sus cartas escribe sin tildes, rodea palabras en círculos y usa mayúsculas para los mensajes importantes. También dibuja rostros sonrientes, corazones flechados; así como incluye flechas en los márgenes inferiores para que la lectura siga en el reverso y subraya los puertos por los que pasará.