¿Cuál es su futuro?

No digas adiós a las bibliotecas

Una exposición en el Centro Koldo Mitxelena de San Sebastián reflexiona a través del arte contemporáneo sobre el pasado y el futuro de las bibliotecas.

Biblioteca Pública de Stuttgart (Alemania)

Cuando todo son plataformas digitales para ver películas y series, escuchar música, cuando un libro ya es un archivo que se descarga en el eReader o cuando se consulta la prensa en una tableta mientras se va al trabajo en metro, cuando todo parece ser digital o no ser, se siguen construyendo las bibliotecas del mañana y viajando para verlas. Tal vez sea porque son el único lugar donde el mundo parece tener sentido y orden. Lo que es seguro es que todas encaran su futuro en San Sebastián.

Ahora mismo, allí está la legendaria Biblioteca de Alejandría, la futurista Oodi de Helsinki, la Library of Birmingham, la Aby Warburg, la Human Library, la Dokk1 de Aarhus, las Bibliotecas móviles de Colombia o las cuatro Hyundai Library de Seúl. Las ha reunido todas en el Koldo Mitxelena el escritor Jorge Carrión, comisario de “Todas las bibliotecas del mañana”. La muestra se podrá visitar hasta el próximo uno de junio.

Si se hiciera un símil futbolístico, la selección formaría un auténtico “Equipo de las Estrellas” con los mejores jugadores de toda la historia. Hay que imaginar juntos a Johan Cruyff, Maradona, Messi, Cristiano Ronaldo, Pelé, Franz Beckenbauer, Di Stefano… Eso, pero con libros. Y sí, también juegan once: cinco bibliotecas clásicas y seis contemporáneas.

NUEVOS MODELOS PARA UN MAÑANA

“Todas las bibliotecas del mañana” es una exposición ensayística con un montaje que fascinará a los viajeros más fetichistas de los libros. De hecho, “su propio diseño es como un libro y cada sala es una página o un capítulo del libro que queremos escribir juntos”, explica Jorge Carrión.

Todas las bibliotecas del mañana

Todas las bibliotecas del mañana

Dispositivo de la Biblioteca de Birmingham junto la obra When the library was stolen de Ferhas Publishing Practices (2015-2017)

Foto: Niko Iturralde

Quien se escape a San Sebastián para ver la muestra del Koldo Mitxelena va a tener la oportunidad de realizar un viaje a través de la historia y de los continentes. Un viaje libresco que sirve para reflexionar sobre la relación -pasada, presente y futura- entre los centros bibliotecarios y la sociedad.

El viaje comienza con la biblioteca de Alejandría, porque, señala Jorge Carrión, “tiene una doble dimensión. Es nueva, espectacular, tanto como edificio y como concepto y, a la vez, es antigua. También es física y es digital -por el proyecto Alexandria de conocimiento virtual-. Nos recuerda que cuando se fundó el primer centro de estas características se hizo como espacio híbrido: museo, y, además, academia, centro de traducción, archivo, santuario. Es decir, desde los orígenes, la biblioteca nace como centro multicultural y transversal”.

La Biblioteca Central de Seattle ya reflexionó sobre el modelo futuro en 1999. El concepto escogido derivó más como una institución no sólo dedicada al libro, sino también como un almacén de información donde todas las plataformas multimedia, nuevas o antiguas, estuvieran al alcance de los usuarios.

Seattle Central Library-cc-Andrew Smith

Seattle Central Library-cc-Andrew Smith

Biblioteca Central de Seattle

Foto: CC | Andrew Smith

Antes de realizar el diseño del edificio, los arquitectos del estudio OMA, liderado por el holandés Rem Koolhaas, se reunieron con gurús de Microsoft, Amazon y otras empresas tecnológicas para hablar sobre el futuro de los libros y de los centros bibliotecarios. Después de meses de trabajo concluyeron que, a pesar del dominio de Internet y de los medios digitales, el libro estaba muy lejos de morir.

“En los últimos 10-15 años, las bibliotecas se han vaciado. Si no se adaptan están condenadas a ser meramente archivos para investigadores o para lectores que quieren un libro físico muy concreto o como lugar de préstamo.” (Jorge Carrión)

En la muestra de Koldo Mitxelena conviven los centros más espectaculares, como la Biblioteca de Birmingham, con proyectos más discretos, pero muy efectivos socialmente, como las Bibliotecas Públicas por la Paz de Colombia porque, como señala su comisario, “lo que interesaba era mostrar un catálogo de opciones y que no pensemos en el futuro de las bibliotecas como un único futuro, sino como una variedad de futuros posibles”.

UN DIÁLOGO CON EL ARTE CONTEMPORÁNEO

La exposición se vale, además de los audiovisuales de Morgancrea, de reflexiones artísticas para ayudar a interpretar el futuro. Cada centro seleccionado dialoga con una o dos obras de arte contemporáneo.

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Entre los muchos nombres, artistas como Maider López y su Marcapáginas romántico, la colombiana Milena Bonilla, que con su instalación El capital / Manuscrito siniestro viene a reflexionar sobre la política y la reproducción de ejemplares únicos. También están Ignasi Aballí con una enciclopedia de madera, Alicia Framis, y su impactante búnker de lecturas prohibidas, Miguel Ángel Blanco, con Biblioteca del Bosque, y Karmelo Bermejo.

La muestra se complementa con talleres para todos los públicos, conferencias, mesas redondas, y cada tarde se proyecta la proyección del documental "Ex-libris: The New York Public Library", de Frederick Wiseman.

NUEVOS DESTINOS PARA EL TURISMO CULTURAL

Es curioso comprobar cómo algunos de los centros de la muestra aparecen reseñados en TripAdvisor, tal vez la plataforma más representativa del nuevo turismo digital. Por ejemplo, sobre la Biblioteca pública de Birmingham, una usuaria destaca que se trata de un verdadero “must” y dice: “Nadie puede irse de Birmingham sin visitarla, es estéticamente hermosa, pero además impresiona el tamaño y la cantidad de libros que tiene”.

El turismo cultural, tan antiguo como puede ser el Gran Tour de los ss. xvii-xviii, ha ido siempre a las tumbas de los poetas, a los paisajes librescos, a las librerías y, ahora, parece ser, también a las bibliotecas. Muchas se han convertido en verdaderos fetiches turísticos porque, como señala Jorge Carrión, “las bibliotecas, y también algunas librerías, como la Ivorypress de Madrid, diseñada por Norman Foster, son iconos arquitectónicos. Las ciudades realizan inversiones muy altas justamente para dotarse de una nueva seña de identidad”.