Verde que te quiero verde

Nueve hoteles para escaparse y sumergirse en Asturias

Las virtudes de El Principado se elevan a su máxima expresión cuando se disfrutan desde un hotelito aislado y diferente.

Nueve hoteles para escaparse y sumergirse en Asturias

En los últimos años, Asturias no solo se ha convertido en un destino fetiche por sus restaurantes, sus playas, sus paisajes o sus pueblos. También por un boom del turismo sostenible y natural que ha traído consigo la proliferación de hotelitos y casas rurales donde desconectar rodeados de verde. Esta selección es, en el fondo, una forma de revisitar el Principado, de recorrerlo en busca de esa armonía de los dos Cantábricos (la cordillera y el mar).   

1 /9
Pueblo Astur

Foto: Pueblo Astur

1 / 9

Puebloastur, un pueblo dentro de un pueblo

Con una imponente panorámica de los Picos de Europa dominando las vistas desde cualquier punto del hotel, Puebloastur se encuentra en la pequeña aldea de Cofiño, en el Valle del Sueve. Ruralidad, sí, pero exquisita, y es que las treinta habitaciones y suites del hotel están cuidadas hasta el último detalle, como las amenities de Hermés, las camas con sábanas de algodón egipcio, la ducha electrónica que garantiza el agua caliente en ocho segundos o el servicio de mayordomía incluido en todas las estancias. La parte gastro también tiene especial relevancia en Puebloastur, que cuenta con dos propuestas: Puebloastur y El Halcón, que nutren sus cocinas de carnes del ganado de sus pastos y verduras de la huerta propia y la lonja de Tazones les provee de pescados y mariscos. La desconexión y el relax vienen de serie en el Centro Wellnes Nature by Carita y su moderno y completo spa.

El resort está totalmente comprometido con la sostenibilidad y la protección del entorno natural en el que se encuentran. Así pues, cuentan con un manantial de agua propio y una compleja instalación de geotermia, con la que consiguen producir el 70% de la energía necesaria para el agua caliente, la calefacción y el aire acondicionado del hotel. 

cieloastur villa arbol

Foto: Cieloastur

2 / 9

Cieloastur, Asturias en modo cabaña

En una finca de 10000 metros de prados del verde característico de Asturias, se encuentra Cieloastur, un complejo de doce ecovillas de estilo nórdico y construidas con materiales naturales como la piedra, la madera o el corcho. La más especial, por lo singular de su emplazamiento, es la Villa del árbol, emplazada en lo alto de un gran tronco. Sin desmerecer a la villa Deluxe y su bañera bajo la ventana desde la que se puede disfrutar de unas espectaculares vistas. La sostenibilidad es inherente a Cieloastur, y es que en el resort se utilizan energías renovables, como la fotovoltaica para la electricidad o la aerotermia que se emplea para renovar el aire de las villas. 

En La Cuadrina de Tanislao, el restaurante slow food de Cieloastur, le dan una vuelta a la cocina tradicional asturiana con productos de la tierra. 

 

Villa Rosario

Foto: Villa Rosario

3 / 9

Villa Rosario, frente al mar

Villa Rosario, un palacete indiano construido en 1914 por un asturiano a su regreso de Cuba, es uno de los hoteles más singulares de Asturias, solo hay que fijarse en la gran cantidad de elementos decorativos con los que cuenta el edificio. Además, su ubicación no es poca cosa, y es que se encuentra en la playa de Santa Marina, en el pueblo de Ribadesella, justo donde el Sella se une con el Cantábrico. Villa Rosario cuenta con diecisiete habitaciones repartidas en tres categorías, las más especiales, las Unique Vista Mar que, como su nombre indica, tienen unas vistas directas al mar. Los productos de tocador de The Rituals y los colchones premium son comunes en todas las habitaciones. 

El bonus track del hotel Villa Rosario es el restaurante Ayalga, a orillas del mar y que tiene en su haber una estrella Michelin. En su carta propone dos menús degustación, Sabores de la tierra y Experiencia Ayalga. 

 

Tierra del Agua

Foto: Tierra del Agua

4 / 9

Tierra del Agua, rodeado de naturaleza

Alojarse en el Centro de Ecoturismo Tierra del Agua equivale a una descompresión total y absoluta de toda la energía negativa y el estrés. Rodeado de la impresionante naturaleza de Asturias, se encuentra en medio del Parque Natural de Redes, reserva de la Biosfera desde 2001. Tierra del Agua lo componen catorce alojamientos de montaña de estilo nórdico de diferentes dimensiones y capacidades desde los que gozar de las impresionantes vistas al valle. No hay que preocuparse por nada, los apartamentos cuentan con todo lo necesario para una estancia de diez. Por si quedaba un reducto de agobio,  el espacio de relajación acaba con él: un spa interior de estilo alpino con sauna finlandesa, baño turco, ducha de hidroterapia y una fuente de escamas de hielo para salir flotando en una nube. Y si esto no fuera suficiente, basta con sumergerse en la bañera nórdica o en la infinity pool con vistas increíbles para rematar la experiencia detox. 

Para recuperar fuerzas, el restaurante gOtta propone una carta tradicional elaborada con productos de cercanía que se nutre de proveedores locales y regionales. 

La Raposera

Foto: La Raposera

5 / 9

La Raposera, calma y relax rural

En una casona indiana de 1917 se encuentra el Hotel Rural La Raposera, casi escondido del resto del mundo, y es que este encantador alojamiento está en una finca de 5000 metros rodeado de frondosos jardines. El hotel, que forma parte del Club de calidad Casonas Asturianas, cuenta con tan solo seis habitaciones muy especiales, entre las que se incluye la suite La Raposera. Como ejemplo de la fuerte apuesta del establecimiento por los productos naturales, las amenities son de La Chinata, una marca que elabora cosméticos a base de aceite de oliva virgen. 

La ubicación privilegiada de La Raposera, a pocos metros del Camino por la costa y a cinco kilómetros de los lagos de Covadonga, lo convierten en un pequeño gran hotel rural desde donde emprender excursiones y visitas. 

 

 

parador cangas de oni´s

Foto: Paradores

6 / 9

Parador de Cangas de Onís, en los Picos de Europa

El Parador de Cangas de Onís se encuentra tan cerca del Parque Nacional de los Picos de Europa que se puede acceder a él a pie. Siendo así, es de imaginar el impresionante paisaje natural que rodea el hotel, ubicado asimismo a orillas del río Sella. Situado en el antiguo monasterio de San Pedro de Villanueva, en su interior se conservan restos arqueológicos. Siguiendo el estilo tradicional de Paradores, las habitaciones son amplias y su decoración es sobria y elegante, algunas de ellas tienen acceso directo al jardín y son ideales para aquellos que se alojen con su mascota.

El asunto gastronómico es cosa importante en el Parador, que cuenta con dos espacios que hay que probar sí o sí. En el luminoso invernadero se encuentra el restaurante que elabora platos tradicionales con alimentos de la tierra y en sintonía con las estaciones. Al Cheese Bar será necesario repetir para probar la gran variedad de quesos asturianos de su carta. 

Este hotel es un excelente punto de partida para disfrutar experiencias como recorrer las gargantas del Parque Natural de Ponga o visitar alguna de las numerosas cuevas prehistóricas que se encuentran cerca del Parador. 

 

 

 

 

 

 

© Torre de Torre de Villademoros Rusticae  (5)

Foto: Rusticae

7 / 9

Torre de Villademoros, con las olas de fondo

Torre de Villademoros, que cuenta con la garantía del club Rusticae, se encuentra a pocos minutos de las villas marineras de Cudillero y Luarca. El hotel ocupa una casona solariega del siglo XVIII rodeada de un extenso jardín de 9000 metros. Torre de Villademoros tiene diez habitaciones, alguna de ellas con buhardilla, y todas con vistas. Sin embargo, la singularidad de este hotel es la posibilidad de alojarse en una antigua torre de origen bajomedieval, rehabilitada en su interior para convertirla en una original suite. Tiene capacidad para cuatro personas y en lo alto de la torre hay una gran terraza desde donde admirar fantásticas vistas. Eso sí, si para dormir se necesita oscuridad absoluta, hay que tener presente que ninguno de los veintitrés huecos de la torre dispone de persianas. 

El hotel pone a disposición de los huéspedes bicicletas, un estupendo medio de transporte para acercarse, por ejemplo, a los impresionantes acantilados de Entrecabos. Otra visita imprescindible se encuentra a diez minutos de Cudillero y Luarca, donde discurre el río Esva-Canero y sus sensacionales hoces, declaradas monumento natural.

 

Casona de la Paca

Foto: Casona de la Paca

8 / 9

Casona de la Paca, en el Camino

La llamativa fachada roja de la Casona de la Paca se encuentra rodeada de un jardín centenario en el que habita un imponente roble que cuenta con más de 400 años de antigüedad. En este oasis de naturaleza se sirven, si la climatología lo permite, unos desayunos de esos de nunca acabar. El hotel, que pertenece al club Rusticae, posee el encantador aire colonial que lucen las casonas indianas del siglo XIX y geográficamente hablando, está a medio camino entre el mar y la montaña. Paisajes que se pueden disfrutar desde cualquiera de las diecinueve habitaciones de la Casona de la Paca, entre las que se cuentan dos suites y que son todas distintas entre sí. 

A muy poca distancia se encuentra el pintoresco pueblo marinero de Cudillero, desde donde se puede recorrer un tramo del Camino de Santiago, el que parte de Cudillero y alcanza el Valle de las Luiñas.

El gran suen~o

Foto: Rusticae

9 / 9

El gran sueño, un hotel bucólico

Su propio nombre ya anticipa un descanso y una desconexión de las buenas, se trata de El gran sueño, un pequeño hotel rural con vistas a la Sierra del Sueve y los Picos de Europa. Este alojamiento, solo para adultos, y que ocupa una tradicional casa de aldea asturiana, ofrece cinco habitaciones. En todas las estancias, las camas tienen colchones premium y la lencería es de algodón egipcio. La decoración es ecléctica, combinando piezas de diseño con muebles de estilo clásico. Además, el baño cuenta con una ducha efecto lluvia y los productos de tocador son los ecológicos de La Chinata, elaborados con aceite de oliva virgen. 

Los desayunos de El gran sueño merecen una mención especial, y es que los productos ecológicos y de temporada son los protagonistas de la comida más importante del día. Sin ir más lejos, el pan de fermentación lenta que pinta delicioso, lo elaboran con una masa madre que cuenta ya cinco años. 

A unos 30 minutos del hotel se puede visitar el pueblo de Espinaréu, que posee la mayor concentración de hórreos de Asturias, algunos de los siglos XVII y XVIII. Estas construcciones de origen medieval servían como almacén o granero. 

Para leer más: