Los baños termales, conocidos en Japón como onsen, ofrecen la mejor recompensa a una larga jornada a pie por el sagrado camino del Kumano Kodo. Hay multitud de opciones, desde sumergirse en una alberca de piedra o de madera con vistas al bosque, hasta darse un baño directamente en las aguas humeantes del río o contemplar las olas del Océano Pacífico mientras te relajas en una cálida piscina al aire libre.
Antes de entrar en un onsen (a menudo compartidos, aunque separados por sexos) conviene tener en cuenta una serie de normas básicas:
- Desvertirse en el vestidor
- Lavarse y aclararse el jabón antes de entrar en el agua
- Finalmente relajarse y disfrutar de la experiencia.