De spas por Japón

Los onsen para relajarse en el Kumano Kodo

¿Quién dijo que peregrinar tenía que ser extenuante?

Los baños termales, conocidos en Japón como onsen, ofrecen la mejor recompensa a una larga jornada a pie por el sagrado camino del Kumano Kodo. Hay multitud de opciones, desde sumergirse en una alberca de piedra o de madera con vistas al bosque, hasta darse un baño directamente en las aguas humeantes del río o contemplar las olas del Océano Pacífico mientras te relajas en una cálida piscina al aire libre. 


Antes de entrar en un onsen (a menudo compartidos, aunque separados por sexos) conviene tener en cuenta una serie de normas básicas:

  1. Desvertirse en el vestidor
  2. Lavarse y aclararse el jabón antes de entrar en el agua
  3. Finalmente relajarse y disfrutar de la experiencia. 
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Foto: AgeFotostock

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Kawayu Onsen

Esta población se halla cerca de Hongu Taisha, uno de los tres grandes santuarios del camino Kumano Kodo. De diciembre a febrero es posible disfrutar (con traje de baño) del Sennin-buro, un baño al aire libre en las aguas termales del río Oto-gawa. Fuera de esta época, el ryokan Fujiya y el Ashitanomori permiten acceder al río y cavar tu propio hueco de agua termal. También se llega en el autobús de línea que conecta las principales etapas del Kumano Kodo.

Foto: Turismo de Japón

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Katsuura Onsen

Este antiguo pueblo de pescadores emplazado en el sudeste de la costa de Kii dispone de baños termales con vistas al mar. Entre las diversas  opciones destaca el onsen del hotel Urashima, sobre un saliente de la bahía de Katsuura, y el onsen Bokido, dentro de una cueva con vistas al océano. La línea de tren que bordea la península de Kii tiene parada en Katsuura.

Foto: iStock

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Shirahama Onsen

La playa de Shirahama, en la costa oeste de la península de Kii, es una de las zonas termales más antiguas de Japón y también de las más espectaculares por sus onsen frente al mar. El de Sakino-yu, un pequeña piscina de piedra al aire libre, a pocos metros de donde rompe el oleaje. Accesible en tren desde las ciudades de Osaka y Shingu.

Foto: Turismo de Japón

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Ryujin Onsen

Las aguas minerales del río Hidaka-gawa dieron fama a este pueblo hace siglos. Sus baños dan directamente al río, con vistas a los bosques y montes del corazón de la península de Kii. Durante la época feudal, Ryujin fue un lugar de reposo para la familia Tokugawa, los señores que dominaban esta parte del país. El nombre de algunos alojamientos aluden a aquellos tiempos, como Kamigoten (Palacio Real) o Shimogoten (Alojamiento de Clase Baja). Es otra de las paradas de la línea de bus que recorre desde Tanabe las etapas del Kumano Kodo.

Foto: Gonzalo Azurmendi

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Yunomine Onsen

Las aguas del río Yunomine manan a 93ºC, descienden de la montaña y atraviesan el núcleo de Yunomine Onsen. Los hoteles de esta población disponen de sus propios baños termales, pero es recomendable también vivir la experiencia del onsen Tsuboyu, un pequeño baño para dos personas instalado en una casita de madera sobre el mismo cauce del río (la reserva es para media hora). Otro onsen recomendable es el del ryokan Adumaya, uno de los establecimientos más antiguos de la comarca. A Yunomine se llega en el autobús de línea que conecta las principales etapas del Kumano Kodo.

Foto: Turismo de Japón

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Wataze Onsen

Nada puede igualar la experiencia de darse un baño de noche, contemplando la luna sumergido en las aguas termales de Wataze Onsen, las mayores termas al aire libre (rotenburo) del oeste de Japón. También dispone de baños privados para parejas y familias. El enclave está conectado por autobús con las ciudades de Tanabe, Shingu y Hongu.