En realidad, la frase es ‘París bien vale una misa’. Así expresó Enrique IV su admiración por la que -¿acaso alguien lo duda?- es una de las ciudades más bonitas y monumentales del mundo. Y aunque siempre es un acierto escapar hasta ella, es en primavera cuando luce con verdadero esplendor y su oferta de planes se multiplica. Y esta es la maleta perfecta para recorrerla.