
¿Qué te despertó las ganas de participar en El lodo?
El propio guion, un libreto muy trabajado que me atrapó desde el principio. Conecté con la historia y con el personaje de Claudia desde un lugar muy íntimo. Quizás por ser madre, entendí su dolor y su conflicto interno.
Todos los trabajos son un viaje en sí mismo. ¿Cómo ha sido el que has hecho con esta película?
¡Así es! Cada proyecto, cada personaje es un viaje tanto físico como sicológico… Arrancas de una determinada manera, y el devenir de los hechos te lleva y te transforma. Y en El lodo, este viaje y esa transformación está muy marcada en todos los personajes.
El rodaje te ha llevado hasta la Albufera de Valencia. Un paraje natural de gran belleza…
La Albufera es quizás la gran protagonista de esta historia. Un lugar lleno de encanto y de una belleza sobrecogedora, sobre todo, al amanecer y al atardecer. Tengo imágenes grabadas en mi memoria preciosas. Ha sido una suerte para mí vivir y conocer más sobre este lugar tan maravilloso.

Albufera
"Ha sido una suerte para mí vivir y conocer más sobre este lugar tan maravilloso como la Albufera"
Foto de Manuel Torres Garcia en Pexels
¿Recuerdas algún lugar, dentro o fuera de nuestras fronteras, que hayas conocido a raíz de un rodaje y te haya enamorado?
Sin lugar a dudas, México. Fui por primera vez hace muchos años por un trabajo y pensé: “aquí podría vivir”. Me encanta su riqueza cultural, sus contrastes, su naturaleza, su gastronomía y, sobre todo, su gente.
Volviendo a El lodo, la cinta aborda un conflicto medioambiental, pero también la crisis de pareja entre tu personaje y el de Raúl Arévalo. ¿Cómo afectará la vuelta a España, a Valencia, a vuestro matrimonio?
En principio, parece que esta vuelta a los orígenes puede arreglar esa grieta que hay en el matrimonio. Pero la realidad es que será el detonante para que todo estalle y tengan que enfrentar la terrible pérdida que los ha sumido en un pozo de amargura.
Tu también volviste a España después de 14 años en Estados Unidos. ¿Qué principales alegrías te ha dado la ciudad de Los Ángeles?
¡Muchas! Vivir en otro país te hace crecer como persona, además de en tu profesión. Aprendí un idioma y conocí a gente a la que admiro y respeto. Para nosotros [ella y su marido, Orson Salazar], Los Ángeles es también el lugar donde hemos criado a nuestros hijos y ese recuerdo está muy presente. Fueron unos años preciosos.
Aunque estás establecida en Madrid, eres de Sevilla. ¿Con qué frecuencia la visitas?
Menos de lo que me gustaría, pero, siempre que puedo porque el trabajo me lo permite, intento escaparme aunque sea para un fin de semana.
“Hice el Camino de Santiago en un momento en que necesitaba encontrar respuestas”
¡Viajemos un poco! Si ponemos rumbo al norte, ¿adónde nos llevas?
Propongo una experiencia. Hace unos años hice el Camino de Santiago empezando en León, en un momento en que necesitaba encontrar respuestas… y fue una de las experiencias más sanadoras que he tenido nunca. Caminar por esos parajes, la niebla al amanecer, pernoctar en esos pueblitos de piedra, refrescarme en cualquier fuente del camino… Fue emocionante.
¿Y mirando al sur?
Ronda y Vejer de la Frontera, para mí los dos pueblos más bonitos de España. En la Serranía de Ronda he pasado todos los veranos de mi niñez, ya que mis abuelos maternos eran de allí. Y Vejer es nuestro destino estival desde que regresamos de LA. Nos encanta perdernos por sus callejuelas blancas y empedradas, y disfrutar de su gastronomía.

Vejer de la Frontera
“Nos encanta perdernos por la callejuelas blancas y empedradas de Vejer”
Foto: iStock
Toca el este. ¿Qué destino eliges?
Formentera, la isla con más encanto del Mediterráneo y a la que me une la experiencia de haber rodado una de las películas más importantes de mi carrera [Lucía y el sexo].
¿Y al oeste?
Te voy a decir Nueva York, donde me encuentro en estos momentos. Esta ciudad siempre es una buenísima opción si quieres vivir experiencias intensas.
Viajar y comer es todo uno. ¿El plato más impresionante que has probado y aún tienes grabado en el paladar?
¡Uf, qué pregunta tan difícil! Allá donde voy tengo mis lugares favoritos para comer y suelo siempre pedir lo mismo. Pero te diré que hace dos días estuve en Nobu Fifty Seven, aquí en Nueva York, y me encantó el Black Cod with Miso. Es bacalao con una salsa de miso exquisita.

Black Cod With Miso
"Allá donde voy tengo mis lugares favoritos para comer y suelo siempre pedir lo mismo. Pero te diré que hace dos días estuve en Nobu Fifty Seven, aquí en Nueva York, y me encantó el Black Cod with Miso".
Foto: Nobu
¿Y el souvenir más querido de cuantos tienes en casa?
Tengo una piedra que un amigo me compró y que llevamos a las pirámides de Teotihuaca, en México. Allí, en lo alto de la pirámide más alta, la pusimos. Dicen que se cargan de una energía extraordinaria. Ese día recorrimos el valle en globo… ¡Fue increíble!
Sincérate: ¿gastas alguna manía viajera?
Necesito llegar con tiempo suficiente al aeropuerto. Nunca en mi vida he perdido un avión por llegar tarde.
¿Qué no puede faltar en tu maleta?
Me gusta viajar ligera de equipaje y he aprendido a llevar lo necesario dependiendo del lugar y de las condiciones climáticas. Pero siempre llevo un libro o dos.
¿Cuál es el mejor viaje de tu vida, hasta el momento?
Me cuesta decidirme, pero te diré que recorrer Costa Rica de norte a sur y de este a oeste fue una delicia para los sentidos. Su exuberancia, su fauna, sus cascadas de agua… ¡Impresionante!

Alajuela
"Recorrer Costa Rica de norte a sur y de este a oeste fue una delicia para los sentidos".
Photo by Etienne Delorieux on Unsplash
¿Y tu viaje-sueño pendiente?
Conocer más a fondo Argentina. Estuve en Perito Moreno y el camino hasta llegar allí, al fin del mundo, fue una experiencia preciosa. Pero me quedé con ganas de más.
Llega la última pregunta, y no menos importante: ¿por qué viajas?
Viajando es como más he aprendido en la vida. Conocer otros lugares, culturas, tradiciones y realidades te hace crecer como persona y ser más tolerante. Yo no sería yo sin todos los kilómetros recorridos en mi vida. Viajar nos moldea y nos ubica en el mundo.