La mecha se empezó a encender en febrero, sobre todo con la Crida del 27 de febrero y su mascletà, que sirvió para calentar los motores de un mes de marzo que llega con más estallidos que nunca. Después de la cancelación de la edición de 2020 y del aplazo al mes de septiembre en la de 2021, este 2022 llega para devolver todo el color y la luz a una de las fiestas más esperadas de la Comunidad Valenciana. Eso sí, la mascarilla y la distancia seguirán acompañando a los asistentes en esta edición.