El arte romano representaba el erotismo y el placer sin demasiadas metáforas. Las seducciones, los músculos tensos y la voluptuosidad son una constante en Pompeya, donde se encuentra la máxima colección de este legado a la que está dedicada la última exposición del parque arqueológico: Arte y sensualidad en las casas de Pompeya que acoge la Palestra Grande desde el pasado 21 de abril. La muestra llega cuatro meses después de la esperada reapertura del museo Antiquatium, que llevaba cerrado al público 41 años, para arrojar luz sobre el día a día de los romanos hace 2000 años, sobre todo en lo relativo a la sexualidad.
Con nuevos hallazgos
Un total de 70 objetos, esculturas y frescos procedentes de los almacenes del Parque Arqueológico llenará la sala Palestra Grande hasta el 15 de enero de 2023, entre los que se encuentran elementos encontrados en las primeras campañas arqueológicas del siglo XVIII, pero también objetos inéditos y nuevos hallazgos como los dos medallones de bronce con escenas eróticas del carro ceremonial de Civita Giuliana descubierto el año pasado. Además, por primera vez los visitantes pueden admirar el techo del cubiculum (dormitorio) de la Casa de Leda y el Cisne, recientemente restaurado.
Comisariada por el director del Parque Arqueológico Gabriel Zuchtriegel y la arqueóloga Maria Luisa Catoni, profesora del IMT Alti Studi Lucca, la exposición conduce al público a través de las estancias de una casa pompeyana clásica, compuesta por un atrio, un cubiculum (dormitorio), un triclinium (sala de banquetes) y un peristilo (jardín interior con columnas). Destacan las tres paredes del cubiculum de la Villa di Gragnano, en Carmiano, decoradas con un ciclo de imágenes eróticas explícitas.

Medallones de bronce con escenas eróticas del carro ceremonial de Civita Giuliana
El erotismo hace 2000 años
El cubiculum se encontraba alrededor del atrio y, cuando Pompeya fue destruida en el año 79 d.C., muchos de los atrios estaban decorados con pieza de arte romano tradicional que expresaban los valores sociales y religiosos de la sociedad, pero también obras de arte de inspiración griega, caracterizadas por una nueva sensualidad, como las dos primeras obras de la exposición: un fresco de Narciso, el joven enamorado de su propia imagen, y una escultura de Príapo, el dios de la abundancia y la fertilidad que solía vigilar las entradas y los jardines.
Los dormitorios no solo se utilizaban para dormir, también eran lugar de estudio, baño y encuentros íntimos. Las pinturas que decoraban estos cubiculums suelen evocar una atmósfera de intimidad, ya sea a través de temas idílicos o de escenas eróticas. Las imágenes, más que reflejar el uso cotidiano de la habitación, eran referencias más o menos cultas a una literatura de carácter erótico y sexual que se extendió en el mundo griego a partir del siglo III a.C. Después del atrio, se encontraba el peristilo, un porche formado por una hilera de columnas que rodeaba el patio y desde el que se accedía al triclinium, la sala donde se celebraban lujosos banquetes. En estas salas, los frescos alusivos a los encuentros heterosexuales y homosexuales servían de telón de fondo a las conversaciones y discusiones entre los asistentes.

PINTURA MURAL DE EROS / MUSEO ARCHEOLOGICO DI STABIA LIBERO D'ORSI
El recorrido se completa con el apoyo de una app para obtener más información sobre cómo vivían los romanos hace 2000 años. Para explicar el tema a los visitantes más pequeños, la ilustradora Daniela Pergreffi ha elaborado una guía especial titulada Los centauros de Pompeya, en el que se narran las aventuras de otras figuras centrales de los mitos antiguos, como Narciso y Dionisio y Ariadna.
La exposición se presenta como un complemento del resto del Parque Arqueológico, donde se encuentran varios frescos y obras de temática erótica y sensual, lo que permite al visitante establecer una relación entre lo expuesto y los hallazgos del yacimiento arqueológico.