A poco más de una hora de Palermo, Sambuca aflora entre el Lago Arancio y el Monte Genuardo como una pequeña revolución para los pueblos siciliano. Caracterizado por su mezcla única de culturas y estilos arquitectónicos italianos y norteafricanos, sus 6.000 vecinos se encargan de mantener este patrimonio sin dejar de mirar hacia adelante. Lo consiguen gracias una creciente comunidad internacional, formada en gran medida por la generación milenial, y con iniciativas como la última que propone Airbnb: vivir una casa totalmente restaurada a cambio de convertirse en su anfitrión con el objetivo de impulsar el turismo y atraer residentes temporales al pueblo como parte de un compromiso para apoyar a las comunidades rurales y el patrimonio cultural europeo.