“El Museo del Prado vuelve a abrir después de casi tres meses. No puede abrir igual que cerró”, explica Miguel Falomir, director del museo, en el vídeo de presentación del montaje especial con el que la pinacoteca celebra su regreso. Durante todo este tiempo en el que ha galopado el virus a capricho, ha flotado una pregunta en el imaginario social: ¿Volveremos a ser los mismos de antes? Entre los museos ya está claro que no. Al menos, no abren como siempre. Algunos, como el Macba de Barcelona, lo acaban de hacer implementando una serie de medidas especiales que garantizan la distancia social y la higiene. En el caso del Prado, además, hacen “de la necesidad virtud” y presentan la que tal vez sea la experiencia estética más espectacular que se pueda vivir en la actualidad en un museo.
No debió ser tarea fácil para la dirección y el equipo de conservadores escoger las 249 obras para el montaje que se podrá ver hasta hasta el 13 de septiembre (ampliado hasta el 28 de febrero de 2021). Además, el próximo fin de semana, la entrada será gratuita. Ya se puede reservar a través de su página web, donde se puede escoger el día y la hora para evitar las mayores concentraciones de público: el aforo diario durante esta temporada será de 1.800 personas, un tercio de lo habitual. A partir del 8 de junio, la entrada general al Museo del Prado se verá reducida en un 50 % de la tarifa habitual.
“Reencuentro” es una propuesta principalmente cronológica -desde el siglo XV a los albores del siglo XX- que se desarrolla a lo largo de la Galería Central, que, como si se tratara de una columna vertebral artística, sirve de espacio para reubicar algunas obras que así entablan curiosos diálogos entre sí. El resultado es que, a la vez que se maximiza la colección permanente, se cumple con todas las medidas y recomendaciones dictadas por las autoridades sanitarias para proporcionar una visita segura.
Una serie de asociaciones irrepetibles
Con mascarilla y con control de temperatura, sin audioguías, folletos y planos, que se pueden descargar cómodamente en la web del museo, con dispensadores de con geles por todas las salas y marcas en el suelo; pero ese no es problema cuando se puede disfrutar de la mayor concentración de joyas de arte por m2 del mundo. Tener al alcance la ristra de obras selectas del montaje “Reencuentro” es algo así como el sueño de todo profesor de Historia del Arte antes de la selectividad: están La Anunciación de Fra Angélico y El Descendimiento de Rogier Van Der Weyden, la Eva y Adán de Durero, Las tres gracias de Rubens, El Triunfo de la Muerte de Brueghel, Los Saturnos de Goya y Rubens, Las hilanderas compartiendo espacio con Las Meninas, de Velázquez… Goya se lleva la palma, y le siguen Rubens y Velázquez de cerca.