Desde el día 8 de diciembre en Barcelona se puede contar una estrella más por las noches. Eso sí, no se trata del rastro luminoso que llega desde los confines del universo, sino del elemento arquitectónico con forma de dodecaedro con el que se ha rematado una de las torres de la Sagrada Familia. Lleva ahí arriba desde el pasado día 29 de noviembre, cuando una grúa tensó sus cables para elevarla bajo la atenta mirada alzada de una multitud de vecinos y curiosos.