Verde teutón

Schmilka o cómo un pueblo de Alemania se ha convertido en un resort ecológico

A orillas de río Elba, en este destino de Sajonia lo orgánico forma parte del ADN de sus alojamientos, restaurantes y actividades.

A Schmilka se la conoce por ser un acogedor distrito de Bad Schandau, localidad ubicada en la región de Dresde a orillas del río Elba, pero también por ser un destino completamente orgánico. Con el Parque Nacional de la Suiza Sajona como telón de fondo, se ha convertido en un oasis ecológico donde desconectar, conocer las tradiciones locales y encontrarse con la naturaleza. O, lo que es lo mismo, en un refugio ecológico con carácter de pueblo.

1 /6
Bio- und Nationalpark Refugium Schmilka im Herbst @ Albergo GmbH, Fotograf Thomas Kunack

Foto: Thomas Kunack

1 / 6

El primer refugio ecológico de Sajonia

Cuando se llega a Schmilka, es fácil reconocer sus casas rústicas, algunas de madera y otras de colores, que se abren paso por la montaña hasta el histórico molino de 1665, donde todavía se muele la harina y se elaboran productos tradicionales en la panadería y fábrica de cerveza orgánicas locales. La gran mayoría de estas casas hoy se han convertido en hoteles y apartamentos vacacionales que han dado como resultado el primer refugio ecológico de Sajonia. Justo enfrente, el histórico ferry Lena de 1927 continúa cruzando el río Elba realizando un trayecto pintoresco. 

Bio- und Nationalparkrefugium Schmilka - Mühlenhofensemble © Bio- und Nationalpark Refugium Schmilka - Fotograf Torsten Rogge.jpg

© Bio- und Nationalpark Refugium Schmilka / Torsten Rogge

2 / 6

Descanso, gastronomía y experiencia en el Parque Nacional

​Bajo estos tres pilares, los alojamientos de Schmilka son el punto de partida ideal para descubrir la cultura del pueblo y disfrutar del entorno del Parque Nacional de la Suiza Sajona. Cuentan con casas ecológicas reformadas con varias habitaciones y establecimientos donde se sirve cocina orgánica y regional, como en el restaurante StrandGut y en el Café Richter an der Elbe, y con una oferta de actividades relacionadas con la naturaleza. Prácticas que le han llevado a ser reconocido como el faro de la industria del turismo sostenible por su concepto creativo así como el pueblo más bonito de la Sajonia en 2017.

Villa Thusnelda - Bel Etage - Schlafzimmer © Bio- und Nationalpark Refugium Schmilka

© Bio- und Nationalpark Refugium Schmilka

3 / 6

100% orgánico

Schmilka cuenta con un total de diez hoteles, apartamentos y casas rurales que conforman el entramado de alojamientos de Schmilka, un ecosistema que cuenta con el certificado Biohotels. Esto significa que, aparte de la gastronomía, toda su actividad estáa relacionada con lo orgánico y lo próximo: los muebles y las instalaciones están hechos de materiales naturales, utilizan energías renovables y un sistema de reciclaje, se apuesta por una vida con mínimo impacto ambiental y se promueve el transporte público. Sin embargo, "orgánico no significa tener que prescindir y comprometerse. Orgánico significa disfrutar de forma sostenible, en armonía con el medio ambiente, con el prójimo y con el propio cuerpo", exponen en su página web.

Schmilka

© Bio- und Nationalpark Refugium Schmilka

4 / 6

Conectar con la naturaleza

Esta filosofía también se reproduce en las actividades que ofrecen los alojamientos: desde masajes para conectar con el propio cuerpo y con la naturaleza hasta experiencias en el parque nacional para aprender a gozar de la naturaleza de manera sostenible. Muchos de ellos cuentan con saunas panorámicas y con bañeras climatizadas que, en invierno, pueden acompañarse de un vino caliente. En sus alrededores es posible realizar algunas de las diez rutas senderistas que parten prácticamente de la puerta del hotel hacia la Montaña de la Mesa, el Tafelberge, y las rocas escarpadas de arenisca del Elba, donde también se puede practicar escalada. 

Bio-Bäckerei Schmilka - Brot backen © Bio- und Nationalparkrefugium Schmilka - Foto Marko Döhring

Foto: Marko Döhring

5 / 6

Con mucho sabor

Pero si por algo destaca Schmilka es por su compromiso con la alimentación sostenible. En todos los alojamientos y restaurantes sirven alimentos orgánicos de temporada y de proximidad comprados a productores locales junto a hortalizas y hierbas cultivadas en su propia huerta. Además, en el antiguo molino, que es testimonio indiscutible de la historia de Schmilka desde 1665, se elabora la cerveza local BrauManufaktur Schmilka y se muele el trigo para hacer pan. De la gastronomía también se puede disfrutar en una taberna al aire libre en Mühlenhof.

Dresden. A las puertas

Foto: iStock

6 / 6

También es un destino cultural

Aparte de la historia y las tradiciones de Bad Schandau, desde Schmilka se pueden conocer joyas de la arquitectura a escasos kilómetros en bicicleta o en transporte público, como  el castillo de Königstein y el teatro al aire libre Felsenbühne de Rathen. Además, su ubicación es perfecta para conectar con otros grandes destinos europeos como Dresde o Praga, urbes de las que solo dista una hora y una hora y media respectivamente.