'Cientifituristas'

Se buscan voluntarios para expedición a la Antártida

Airbnb y la ONG Ocean Conservancy montan una expedición para estudiar la presencia de microplásticos en el continente blanco.

Parece uno de esos anuncios con los que suelen comenzar algunas de las novelas de Julio Verne: se busca aventureros… Pero la cosa va de verdad. La gente de Airbnb no se ha quedado en la ficción y busca a cinco personas que quieran un ‘cambio de aires’. La propuesta es ir hasta la Antártida (por supuesto, con todos los gastos pagados) para realizar un importante estudio científico. La fecha límite de inscripción es el 8 de octubre y la selección será el 22 de este mes. 

 

No se requieren titulaciones concretas: los voluntarios deben ser mayores de 18 años, tener disponibilidad para viajar a Chile y la Antártida durante un mes, hacer gala de espíritu aventurero, pasión por el medioambiente, buen nivel de inglés y rellenar este formulario.

 
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Foto: Airbnb

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No se trata de unas simples vacaciones…

Es algo más. Es una oportunidad única para volar al continente más remoto del planeta y estudiar el impacto que el ser humano tiene en el medioambiente. Se tendrá que convivir con una temperatura media de -42 grados y vientos de hasta 215 km/h. A cambio, 24 horas de luz y todas las aventuras por vivir. Los seleccionados partirán en diciembre hacia el campamento base junto a la científica antártica Kirstie Jones-Williams, que advierte que la expedición no será un paseo:  “Requerirá un gran rigor científico en unas condiciones invernales muy duras”. ¿Quién dijo miedo?

 
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Foto: Airbnb

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¡Maldito plástico!

“La mayoría de la gente piensa que la Antártida es un continente aislado e impoluto, pero los hallazgos recientes demuestran que incluso las zonas más remotas se ven afectadas por la contaminación plástica”, explica Kirstie Jones-Williams. Ella lo sabe bien, pues actualmente está haciendo un doctorado en la Universidad de Exeter con el que investiga el impacto de los microplásticos en el zooplancton marino polar de la Antártida. En su perfil biográfico del British Antarctic Survey, esta licenciada en  Geociencia Ambiental, con un máster en Ciencias y Políticas Marinas, se considera ante todo una ecologista especialmente sensibilizada por el impacto de la humanidad en los océanos meridional y ártico.

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Foto: iStock

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Primero, hay que aprender a ponerse los crampones sin pisarse

Los seleccionados asistirán a una formación especial en  glaciología y muestreo de campo. Para ello, se desplazarán a 3.100 km al sur de Santiago de Chile, hasta Punta Arenas. La capital de la Patagonia chilena es la base ideal para la aclimatación a las duras condiciones de la Antártida. La ciudad conserva aún su aire aventurero y está muy cerca de auténticos monumentos naturales como Torre del Paine, el Estrecho de Magallanes o la la Isla Magdalena. Dos semanas serán suficientes para conocer el lenguaje científico, el equipamiento y los objetivos de la expedición.

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Foto: Airbnb

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Microscopio y motos de nieve

Tras el entrenamiento, llegará la misión científica. De primeras, la experiencia de aterrizar en la pista de hielo azul del Union Glacier Camp. Una vez en el continente congelado, se procederá a recoger muestras de nieve para ver si en ellas se encuentran microfibras. No todo será trabajo… La expedición tendrá la oportunidad de acercarse al Polo Sur y explorar en moto de nieve y paseos en bici todoterreno lugares de belleza única en los que muy poca gente a puesto el pie como Drake Icefall, Charles Peak Windscoop y Elephant’s Head.

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Foto: Airbnb

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Menos Instagram y más investigar

Tras los diez días de trabajo, tocará volver a Chile para analiza los resultados de la expedición junto a Ocean Conservancy. La misión de esta ONG es proteger los océanos de los múltiples desafíos globales a los que se enfrentan en la actualidad. Los resultados servirán para concienciar a la gente del problema de la contaminación plástica en el mundo. Seguramente, los integrantes volverán sin imanes de la Antártida para la nevera, pero lo harán siendo embajadores de os océanos, explicando al resto de la población mundial cómo se puede minimizar la huella plástica colectiva y actuando como representantes de nuestro planeta.