Preguntas y respuestas

Síndrome Postvacacional: qué es y cómo evitarlo

Que no cunda el pánico, la vuelta de las vacaciones no debería de ser un drama, sino un desafío.

¿A quién no le gustan las vacaciones? Viajes de ensueño, aperitivos, siestas, trasnochar, horas de playa tomando el sol, etc. Es parecido a la vida de millonario, pero lo bueno se acaba, hay que volver a la realidad y más de uno no lo lleva demasiado bien. Sin embargo, no hay por qué temer al síndrome postvacacional, sino más bien comprenderlo y afrontarlo siguiendo estos consejos. 

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¿Qué es exactamente?

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¿Qué es exactamente?

No es de extrañar que al volver al trabajo, especialmente después de un largo periodo de vacaciones, se haga muy cuesta arriba. Se nota más cansancio de lo habitual, insomnio, estrés, ansiedad, desmotivación, falta de energía, mal humor, etc. Es como si el mes de septiembre se convirtiera en un lunes eterno. Esto es el conocido síndrome posvacacional que no es otra cosa que darle un nombre clínico a un trastorno temporal que no debe ser considerado como una patología. Solo si este malestar físico y psicológico persiste más de 15 días o algunos de los síntomas se manifiesta de forma muy severa entonces sí se debe acudir al médico de cabecera. No se debe confundir con el jet lag o la astenia otoñal, de síntomas parecidos.

tina-dawson-81NGFBVfa g-unsplash. ¿Cómo sobrellevarlo?

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¿Cómo sobrellevarlo?

Lo primero es comprender que este síndrome aparece porque el cuerpo debe ajustar nuevamente su reloj biológico (biorritmo) después del caos de horarios durante las vacaciones. Como cualquier cambio, si se hace progresivamente deja de estresar. Por ello, lo mejor es aplicar el softlanding, es decir, darse un tiempo para volver, regresar mínimo dos días antes de reincorporarse. Es también importante retomar el trabajo a un ritmo tranquilo pero constante. No hay que pretender dar el 100% desde el primer día, solo se consigue aumentar el estrés y la frustración. Una dieta equilibrada con horarios estables y procurar dormir unas ocho horas acostándose y levantándose a la misma hora es esencial para ese reajuste del biorritmo.

jason-briscoe-76-58HpxvpQ-unsplash. ¿Qué tipo de vacaciones son las mejores para evitarlo?

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¿Qué tipo de vacaciones son las mejores para evitarlo?

Nadie pone en duda que lleva tiempo planificar unas vacaciones tan esperadas, que son siempre necesarias y más que merecidas. Son el contrapunto al estrés del trabajo y las exigencias del día a día. Pero sobre todo proporcionan descanso, diversión, contacto con la naturaleza, conocer nuevas culturas, etc. Las vacaciones sirven para cargar pilas y no al revés. Unas vacaciones maratonianas harán más difícil la adaptación a la nueva realidad.

A veces, en los viajes se comete el error de copar la agenda con muchos eventos y no tener en cuenta que siempre surgen imprevistos y que algunas de esas actividades no lleguen a realizarse, lo que acaba generando estrés. Por lo que conviene tener un listado de prioridades y buscar momentos que reconforten. Como por ejemplo, hospedarse en un hotel con terraza, piscina y magníficas vistas a la ciudad que se está visitando, añade un punto de relax después de una larga jornada.

iStock-514553492. ¿Por qué afecta a unos sí y a otros no?

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¿Por qué afecta a unos sí y a otros no?

Según los expertos, el síndrome posvacacional no existiría si no se viera la reincorporación como algo negativo. Esta sensación de agobio y el no poder con todo suele afectar a personas con un alto nivel de descontento, tensión o incertidumbre en el trabajo. Tener muchas cargas fuera del ámbito laboral también afecta más. La percepción de las vacaciones y trabajo también influyen a la hora de sobrellevar el cambio. Las personas con pensamiento dicotómico, aquellas que perciben las vacaciones como si fuera la panacea y el trabajo como algo horrible tendrán más dificultades en gestionar el periodo de adaptación. No hay que caer en la trampa de idealizar, se trata de ajustar razón y emoción.

iStock-1050888980. ¿Cómo evitarlo?

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¿Cómo evitarlo?

Si se puede, es mejor repartir los días de vacaciones a lo largo del año y así no se tiene esa sensación de que queda mucho para volver a pasarlo bien. Las escapadas son también unas mini-vacaciones que proporcionan desconexión. Lo mejor es tener planes después de vacaciones, la mente disfruta anticipando cosas positivas. Además, si uno se para a pensar, muchas de las actividades realizadas en época estival se pueden realizar con más frecuencia a lo largo del año (paseos en el campo, practicar algún deporte, yoga…). Es una cuestión de intención y planificación.

Organizar el día a día de forma que no haya tanta diferencia entre las actividades de ocio y las laborales es un punto importante para evitar el síndrome posvacacional. Tener un momento de asueto tras la jornada laboral (o al mediodía) es una manera de desconectar y además proporciona salud. Debe ser una actividad que motive y no tenga nada que ver con el trabajo. El mes de septiembre es un buen momento para apuntarse a nuevas actividades y empezar una nueva etapa. No hace falta esperar a fin de año para los nuevos propósitos. Evitar a toda costa el irse a dormir con la sensación de que nuestro día fue “casa-trabajo-casa” ya que a la larga puede acarrear depresión o ansiedad.

drew-coffman-DzIt-fTYv4E-unsplash. ¿Cómo superarlo?

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¿Cómo superarlo?

Una dieta energética, un descanso reparador y una visión más positiva de las cosas son las claves para superar este síndrome. Aunque los síntomas son pasajeros y a priori no se le debe dar mucha importancia, sí se debe tener en cuenta que es la somatización a un cambio. Escuchar los mensajes del cuerpo y ser consciente puede ayudar a resolver muchos problemas. Revisar nuestro estilo de vida puede ser la clave. Por este motivo es importante que cada día se incluyan momentos reconfortantes aunque parezca que las obligaciones cotidianas no dejen lugar para nada más. A veces la sensación de bienestar que producen las vacaciones no es tanto por el lugar o la actividad. Por esta razón, identificar qué sensación nos aportan las vacaciones (distensión, calma, libertad, etc.) e intentar repetirla de alguna manera e introducirlo en el día a día es como tener unas minivacaciones siempre.