El hotel ha sido desarrollado por el arquitecto por Jonathan Leitersdorf y llevado a cabo como si del último refugio en la tierra se tratase. En Six Senses Ibiza queda reflejada la ambición por un resort cuyo valor se extiende más allá del ladrillo y el cemento, ya que aquí su filosofía lo impregna todo: una hotelería mejor es posible. Por eso es el primer hotel de Baleares en conseguir la certificación BREEAM, el prestigioso referente de la construcción respetuosa con el medio ambiente. Además, la comida que se sirve en sus tres espacios gastronómicos es orgánica y de temporada, con al menos un 65% de ingredientes procedentes de la propia granja del resort, situada a 15 minutos, cerca del pueblo de Santa Gertrudis.
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HaSalon / Foto: Six Senses Ibiza
De la granja a la mesa
Dirigido por el chef Eyal Shani, el destino gastronómico insignia del complejo, HaSalon Ibiza, y su oferta completa de bares y restaurantes, muestran los poderes de los ingredientes orgánicos, de temporada y de origen local. Shani tiene la intención de revitalizar la energía de Ibiza a través de comidas a base de plantas, aprovechando la abundancia natural de ingredientes de la isla. Desde coliflor asada, entrecot de tomate y nubes de ricotta hasta focaccia caliente gigante.
A nivel del mar se encuentra The Beach Caves que, ecléctico y sofisticado, representa las culturas del mundo unidas por la energía única de Ibiza. Rindiendo homenaje al producto local y los ingredientes de temporada, el restaurante se distingue por sus influencias latinoamericanas con sabores propios de Perú y México. El resultado es una exuberante carta con delicias como el tiradito de pez león servido con guayaba, granada y pimienta chilaba, el taco de langosta de Formentera elaborado a la brasa con aguacate y lima o la quinoa con piña asada.

The Beach Caves/ Foto: Six Senses Ibiza
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The Farmers’ Market ofrece una auténtica selección de especialidades vegetales y sostenibles, además de puestos de mercado con pizzas al horno de leña, charcutería y encurtidos, zumos naturales, café y pastelería, entre otras delicias. The Orchard es el restaurante más íntimo del resort, con una selección de platos realizados con ingredientes de la tierra y el mar producidos responsablemente y preparados al grill.
“Six Senses Ibiza es un reflejo de las vibraciones naturales y la vitalidad de las Baleares”, explica Jonathan Leitersdorf. "Al canalizar el sentido único de comunidad y celebración de Ibiza, hemos creado un entorno verdaderamente transformador en el que se invita a los huéspedes a conectarse de manera significativa con el destino, con uno mismo y los demás mientras descubren los elementos que hacen que Ibiza sea diferente a cualquier otro lugar del mundo”.

Habitación / Foto: Six Senses Ibiza
Sostenibilidad, divino tesoro
El paisajismo ha sido diseñado para reducir la escorrentía de agua en superficie y promover la retención de agua y la penetración en suelo. Se han plantado más de 31.000 arbustos y 240 árboles de 261 especies diferentes, creando una sinfonía de olores y colores que se ve y se siente por todo el resort. Herencia de la colonización musulmana de Ibiza, los bancales son paredes de piedra escalonadas en terrazas a lo largo de la pendiente en terrenos con declives para crear superficies horizontales, aptas para el cultivo, donde se cultivan plantas aromáticas y otras hierbas.
En cuanto a la iluminación y la decoración, todo se ha diseñado cuidadosamente para evitar la contaminación lumínica por la noche, preservando la claridad del cielo estrellado sobre el mar balear. Muchos elementos de decoración del resort, incluidas las obras de arte, provienen de artesanos locales, como también la piedra que, autóctona de Ibiza, se utiliza para todos los suelos de piedra de exteriores y los mostradores de piedra de las habitaciones. Además, todos los muebles están hechos de madera de origen sostenible certificada FSC.

Relaxation Room Spa / Foto: Six Senses Ibiza
Y es que aquí la sostenibilidad se expresa de manera más imaginativa, por eso se ofrecen clases gratuitas de yoga dentro del amplio programa de bienestar de su spa, que también cuenta con tratamientos relajantes, sauna, hamman y todo lo necesario para disfrutar de los placeres más simples de la vida. El espacio, de 1.200 metros cuadrados, alberga también un área fitness con gimnasio 24/7, sala funcional (Black Room), una plataforma de yoga en la azotea con vistas panorámicas de la bahía y hasta un ring de boxeo al aire libre.