Por Cañadas Reales

La Trashumancia ya tiene su primer museo virtual

Esta práctica milenaria considerada Patrimonio Inmaterial de la Humanidad va mucho más allá de la mera acción de trashumar. Este museo lo confirma.

Cada año, en primavera y otoño, decenas de rebaños de ovejas cruzan campos y montes desde las montañas del norte de España donde se alimentan y disfrutan de un verano más fresco para volver cada otoño a los cálidos valles y dehesas del sur de la península. Una práctica con miles de años de antigüedad, nombrada Patrimonio Cultural Inmaterial por la UNESCO, de la que se puede profundizar más en su historia gracias al nacimiento del primer Museo virtual de la Trashumancia.

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 La red de Trashumancia más extensa de Europa

© Judit Ballarin

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La red de Trashumancia más extensa de Europa

Sobre las rutas migratorias de los pastores y sus animales, las Cañadas Reales, se habla en especial en el museo. Y es que estas antiguas rutas fueron creadas por el Honrado Concejo de la Mesta -una institución fundada en el siglo XIII por Alfonso X el Sabio- que desde hace siglos cruzan la meseta castellana, permitiendo a los pastores y a su ganado viajar dos veces al año de norte a sur buscando los mejores pastos.

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© José Manuel Sánchez

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Práctica milenaria

Especial relevancia tienen los más de 125.000 kilómetros de vías pecuarias, entre cañadas, cordeles y veredas, que se integran en la Cañada Real - la red de Trashumancia más extensa de Europa- y en las que se pueden encontrar vestigios de las principales culturas ibéricas: dólmenes, verracos, calzadas, puentes, santuarios y ermitas.

A esta red de rutas se le da su merecida importancia dentro del museo considerando que las vías pecuarias son un patrimonio heredado que no solo tiene valor por sí mismo, sino que ejerce importantes servicios medio ambientales, sociales y culturales conectando y nutriendo pueblos en peligro de quedar aislados.

Una tradición con beneficios desconocidos

© Manu Barreiro

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Una tradición con beneficios desconocidos

El objetivo del Museo virtual de la Trashumancia es también demostrar que esta práctica milenaria va mucho más allá del simple hecho de trashumar para alimentar el ganado a lo largo de todo el año. Y es que la trashumancia, sin quererlo, ha ofrecido siempre múltiples beneficios a la sociedad y al medio ambiente como el transporte de semillas o la fertilización de la tierra, porque es durante esa marcha cuando de forma natural el rebaño reparte millones de semillas que aseguran la supervivencia de diversas especies de plantas y flores.

A lo largo de su historia hacen especial hincapié en la importancia que tienen las ovejas para el medio, ya que en estos viajes, pueden llegar a transportar en su lana o excrementos hasta 5.000 semillas al día. Dicen, incluso, que “la biodiversidad generada en la dehesa gracias a la trashumancia es de las más altas que se conoce, con más de 40 plantas por metro cuadrado”.

Por si fuera poco, además de favorecer la biodiversidad, contribuyen a la diversificación y conservación de hábitats y a la prevención de incendios, debido a que este ganado consume toda la materia seca y los matorrales de los montes y los pastos que tienen peligro de convertirse en combustible forestal.

Bien Patrimonio Inmaterial de la Humanidad

Jonathan Borba © Unsplash

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Bien Patrimonio Inmaterial de la Humanidad

Todos estos motivos, sumados a su larga tradición, “a la crianza de los animales y a la gestión de los terrenos, bosques, recursos hídricos y riesgos naturales, así como las prácticas rituales y consuetudinarias de los pastores, hacen de la trashumancia un importante factor de configuración de la relación e interacción del hombre con los animales y los ecosistemas”, como explican desde la UNESCO. Además de considerar la trashumancia uno de los métodos de crianza del ganado más sostenibles y eficaces

El primer Museo virtual de la Trashumancia

Sterlinglanier Lanier © Unsplash

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El primer Museo virtual de la Trashumancia

La historia de esta práctica, y su importancia dentro de las culturas del mundo y de los beneficios que tiene para el medio ambiente, se puede descubrir a fondo en el Museo virtual de la Trashumancia.

Además de darle un espacio especial a los proyectos más actuales relacionados con las ovejas y la Trashumancia, como la historia de Cabeza de Nido, quién cuenta la vida de una pastora y productora de queso en las montañas catalanas en primera persona; el proyecto de vida de Mutur Belz a través del cuál se promueve el cuidado de la oveja carranzana -actualmente en peligro de extinción- y la venta de prendas de ropa elaboradas con su lana; igual que Obrador Xisqueta, una marca de lana y moda ética que trabaja con pastores, ovejas y artesanos del Pirineo; o la forma de vida de Luis Casajus, basada en la trashumancia de la ganadería extensiva en los Valles Occidentales.

Pero esto no es lo único que se puede encontrar en su web. El Museo virtual de la Trashumancia también cuenta con un herbario digital donde conocer algunas de las semillas que juegan un papel fundamental en estos recorridos y un taller de acuarelas de la mano de la ilustradora y caligrafista Laura Velasco en el que aprender a pintar las flores y las plantas que crecen gracias a estos viajes.