Sí, se puede ir de vacaciones con los más pequeños. Quizás se haga de otra forma pero sí se puede. Todo el mundo ha viajado sin niños y sabe lo que supone comprar un billete a última hora, meter cuatro cosas en la maleta, y ¡empezar la aventura! Con la llegada del primer hijo cambian las dinámicas y los tiempos, y los viajes ya no van a ser iguales pero sin darse cuenta se descubre otra forma de disfrutar las vacaciones.