De bosque... ¡terapeútico!
Después de tantos días de encierro, las ganas de caminar en plena naturaleza son inevitables, especialmente para los que viven en pisos pequeños urbanos. Para que este paseo sea muy rentable en cuanto a beneficios saludables y psicológicos, la práctica del shinrin-yoku, un término japonés que se puede traducir como "baño de bosque", es ideal. ¿En qué consiste? En un simple paseo por el bosque. Eso sí, sin móviles, sin hacer fotos, en silencio y sobre todo centrarse en el olor de las plantas, los ruidos de las hojas, las texturas y colores como si fuéramos parte de él.
En resumen, abrirse a la naturaleza y despertar los sentidos durante la experiencia. Esta técnica no requiere una preparación física especial y es promovida por el gobierno japonés desde hace tres décadas con el fin de reducir los niveles de estrés que sufren las poblaciones urbanas. Y no solo es un magnífico antiestresante. Estudios científicos afirman también que su práctica habitual baja la tensión arterial, alivia el dolor crónico, fortalece el sistema inmunitario, mejora los trastornos del sueño, disminuye el riesgo de infarto... ¡y sin costes sanitarios!
El bosque ideal sería uno maduro, es decir, que al menos una parte de los árboles supere los 100 años, pero cualquiera tranquilo y frondoso es adecuado. Mejor decantarse por los que ofrecen variedad de ambientes: sombras, claros, rocas, zonas húmedas... Las rutas son circulares de 1a 2 km y se puede realizar en solitario o en grupo. Si no se ha practicado nunca, es muy recomendable la ayuda de un guía certificado en shinrin-yoku, al menos la primera vez. Algunos bosques que cuentan con este servicio son el Parque Nacional de Ordesa y Monteperdido. La asociación Selvans, realizan esta terapia forestal en 11 bosques repartidos por Cataluña.