Post COVID-19

Ocho tipos de viajes para unas vacaciones zen

Estas propuestas cercanas están ideadas para que la mente se desintoxique.

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iStock-595323654. De bosque... ¡terapeútico!

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De bosque... ¡terapeútico!

Después de tantos días de encierro, las ganas de caminar en plena naturaleza son inevitables, especialmente para los que viven en pisos pequeños urbanos.  Para que este paseo sea muy rentable en cuanto a beneficios saludables y psicológicos, la práctica del shinrin-yoku, un término japonés que se puede traducir como "baño de bosque", es ideal. ¿En qué consiste? En un simple paseo por el bosque. Eso sí, sin móviles, sin hacer fotos, en silencio y sobre todo centrarse en el olor de las plantas, los ruidos de las hojas, las texturas y colores como si fuéramos parte de él.

En resumen, abrirse a la naturaleza y despertar los sentidos durante la experiencia. Esta técnica no requiere una preparación física especial y es promovida por el gobierno japonés desde hace tres décadas con el fin de reducir los niveles de estrés que sufren las poblaciones urbanas. Y no solo es un magnífico antiestresante. Estudios científicos afirman también que su práctica habitual baja la tensión arterial, alivia el dolor crónico, fortalece el sistema inmunitario, mejora los trastornos del sueño, disminuye el riesgo de infarto... ¡y sin costes sanitarios!

El bosque ideal sería uno maduro, es decir, que al menos una parte de los árboles supere los 100 años, pero cualquiera tranquilo y frondoso es adecuado. Mejor decantarse por los que ofrecen variedad de ambientes: sombras, claros, rocas, zonas húmedas... Las rutas son circulares de 1a 2 km y se puede realizar en solitario o en grupo. Si no se ha practicado nunca, es muy recomendable la ayuda de un guía certificado en shinrin-yoku, al menos la primera vez. Algunos bosques que cuentan con este servicio son el Parque Nacional de Ordesa y Monteperdido. La asociación Selvans, realizan esta terapia forestal en 11 bosques repartidos por Cataluña.

iStock-1064627020. Senderismo e intemperie

La GR11 a su paso por los lagos de Panticosa. Foto: iStock

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Senderismo e intemperie

El contacto con la naturaleza es una de las mejores medicinas. Caminando se gana salud, no contamina, y se pierde peso. Esto último es el deseo de muchos después del confinamiento! Pero no hay que olvidar sus probados beneficios psicológicos: levanta el ánimo y relativiza los problemas. Es como si el horizonte abierto, la vegetación, los arroyos y las cascadas arrastraran buena parte de las preocupaciones. El senderismo puede ser deporte o un agradable paseo, dependiendo de la ruta que se elija. Si se va por cuenta propia lo mejor es seguir los GR (senderos de gran recorrido) marcados en color blanco y rojo, que señalizan rutas de más de 50 km. Suelen transcurrir por espacios naturales e históricos de gran interés y están por toda España.

Uno de los más atractivos es quizá el GR11, conocido también como Senda Pirenaica, que cruza los Pirineos de punta a punta. Desde el cabo Higuer, en Guipúzcoa, al Cap de Creus, en Girona. Representan 800 km en más de 40 etapas. Por supuesto, cada uno decide el tramo que desea recorrer. En las zonas de alta montaña se suele pernoctar en refugios pero debido al COVID-19 se aconseja la práctica del vivac (dormir al raso) o tiendas de campaña. Aunque la gran mayoría de estos caminos están señalizados, es importante planificar antes, visitar los centros de información, y llevar alguna guía, mapa o Wikiloc.

iStock-1073105676. Peregrinación: la otra vacuna

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Peregrinación: la otra vacuna

Pocas rutas son tan veneradas y seguidas internacionalmente como el Camino de Santiago, con múltiples servicios que lo ponen fácil. La experiencia de la peregrinación implica estar abierto a lo que depare el día, la comunión con el paisaje sin dejar más huella que las propias pisadas, el valor de conocer otros peregrinos (manteniendo la distancia), y por supuesto, el aprendizaje y la transformación en uno mismo si se hace con plena atención.

Distintas universidades españolas están llevando a cabo un estudio para conocer de forma científica los efectos psicológicos asociados a la peregrinación. Los resultados (provisionales) indican una reducción entre el 20% y 50% en el estrés, la ansiedad y la sintomatología depresiva. Aunque estos efectos se diluyen con el paso del tiempo, la evaluación a los tres meses de haber finalizado el peregrinaje confirma que aún son significativos.

Debido a las circunstancias, se aconsejan las variantes menos transitadas como pueden ser el Camino Inglés o el Camino Portugués, y evidentemente, dormir en habitaciones privadas de hoteles o posadas.

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El Camino 'mindfulness' de Santiago

Senda del oSO. Screen detox... y mucha bici

Foto: Turismo de Asturias

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'Screen detox'... y mucha bici

Con más de 2.800 km de vías verdes repartidas por todo el país, se puede afirmar que cualquiera tiene alguna cerca de casa, y sin saberlo!. Se trata de vías férreas en desuso de gran belleza paisajística con pendientes muy suaves y perfectas para recorrerlas de muchas maneras, pero con la bicicleta se descubre nuevos paisajes con la vista y el olfato a una velocidad justa para poder apreciar la naturaleza. O lo que es lo mismo, se practica la atención plena casi sin darse cuenta y de una forma muy entretenida. Si una de las preocupaciones de los padres es que los hijos solo se entretienen con lo digital, después de tantos días sin salir de casa las pantallas no han hecho más que reforzar esta situación. Es por ello que se hace indispensable un 'screen detox' para toda la familia! Practicar el cicloturismo con los jóvenes de la casa es más que simple ocio. No solo hacen ejercicio, satisfacen su innata curiosidad descubriendo el mundo que les rodea. También implica  la formación de valores como el esfuerzo y la constancia, el respeto a la naturaleza, responsabilidad y uso adecuado del vehículo así como la necesidad de atención cuando se está al manillar. Conviene llevar suficiente comida y agua por si los bares y restaurantes no están en plena actividad debido a la situación del coronavirus. Pero sobre todo no hay que olvidar la linterna frontal para atravesar los túneles, una gran aventura para ellos!

Miño Valley Farm. De santuario... animal

Foto: Mino Valley Farm

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De santuario... animal

Una vez en la vida se debe visitar un santuario! Quizá el más conocido es el Elephant Nature Park, al norte de Chiang Mai, en Tailandia, donde los elefantes encuentran refugio de una industria de maltrato. No es necesario viajar tan lejos para vivir esta experiencia. En España, por desgracia, existen bastantes fincas donde conviven distintas especies de animales rescatados de un pasado de abusos, explotación, o abandono. Se trata de hacer la vida más fácil y placentera a estos animales con heridas físicas y secuelas psicológicas. Son historias conmovedoras pero con final feliz. Es una maravilla observar caballos, cabras, terneros, etc. campando a su aire en plena naturaleza. La mayoría son amistosos y se dejan tocar, pero esta experiencia va más allá del mero entretenimiento. Pasar el día con ellos es también beneficiarse de la energía positiva de estos animales que han sido capaces de sanar sus traumas. Algunos santuarios, trabajan con las personas con fines terapéuticos, especialmente con colectivos vulnerables como mujeres maltratadas o menores con problemas. El contacto con estos animales, normalmente caballos, proporciona una conexión profunda y reparadora. Después del "trauma del confinamiento", las actividades que tengan que ver con animales aportan beneficios muy sanadores en muchos aspectos.

La Fundació Miranda, un santuario de caballos en Cataluña, realiza todo tipo de actividades que tenga relación con los equinos: retiros, coaching, campamentos para niños, eventos, etc. Otro lugar que merece una visita es el Leon Vegano Animal Sanctuary, en la provincia de León, en que sus visitas guiadas son muy didácticas y emotivas. El Mino Valley Farm Sanctuary, situado en Galicia, el primer y tercer sábado de mes están de puertas abiertas. Eso sí, se necesita reserva para disfrutar de esta experiencia.

shutterstock 1524452489. De safari... en versión ibérica

Foto: Shutterstock

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De safari... sin masificaciones ni aviones

Para los que planeaban un safari en África este año, o simplemente consta en el listado de lugares que hay que visitar una vez en la vida, existen alternativas muy interesantes sin necesidad de reservar un vuelo. Si se desea observar animales, mejor escoger avistamientos que se hagan desde una distancia prudencial evitando cualquier interacción con ellos. Es decir, que no estén ahí para el entretenimiento del turista. Es evidente que aquí uno no va a deleitarse viendo los big five de África, pero los amantes de animales pueden acercarse al Parque Nacional de Cabañeros, ubicada en el corazón de los Montes de Toledo, entre las provincias de Ciudad Real y Toledo. Sería como un safari ibérico ya que se observan animales como el ciervo, el corzo, el jabalí o el zorro. También dispone de otras muchas actividades como senderismo, rutas a caballo, paseos en canoa, astronomía.... Es uno de los parques nacionales menos visitados de España a pesar de todo lo que ofrece y situado en una de las zonas con menos población. Un punto a tener en muy en cuenta en tiempos de pandemia: evitar lugares masificados.

iStock-1206895228. Avistamientos sin estrés

Foto: iStock

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Avistamientos sin estrés

Otra manera de colmar las ganas de ver animales, es el birding o avistamiento de aves. Quienes lo practican, aseguran que la experiencia engancha por ser muy entretenido y agradecido. Los pájaros son muy vistosos y variados, y requieren poco tiempo para ser observados. En cambio, para ver un par de mamíferos salvajes se suele permanecer mucho tiempo y no siempre hay suerte. El Parque Nacional de Doñana, en Anadalucía, es el gran refugio del sur de Europa para las aves. Otro lugar muy importante para ver una gran variedad de pájaros es el Parque Nacional de Monfragüe, en Extremadura. Otro punto de interés es el Delta del Ebro con espacios muy variados.

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Foto: Reposo del Andayon

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Un retiro para un cambio de rumbo

Tantos días en casa da para pensar, y mucho. ¿Y si se ha llegado a la conclusión que es necesario un cambio de estilo de vida pero falta ese empujoncito para lograrlo? Existen alojamientos singulares situados en plena naturaleza perfectos para recuperar la motivación tras una crisis, conectar con el propio interior y ver la vida con otros ojos. Es mucho más que turismo rural, es la ilusión de un proyecto hacia un futuro mejor, más sostenible y humano. Aquí se debe cambiar el chip a la hora de planificar las escapadas: no se trata de abarcar mucho, sino conocer más y mejor los lugares que se visitan. Es el slow Travel.

Algunos de estos establecimientos de ambiente familiar y acogedor son: La Hospedería del Silencio, ubicado en una loma solitaria de la Sierra de Gredos (norte de Cáceres) que ofrece retiros de yoga. Al pie del Camino de Santiago, en Asturias, se halla El Reposo del Andayón, una posada con mucho encanto de madera completamente libre de contaminantes y tóxicos, donde el huésped "se emociona con lo auténtico". A los que busquen un "detox" dietético y emocional, encontrarán un edén en Caserío Castiñeira, en la Ribera Sacra de Ourense, típica casona gallega rodeada de prados y bosques expertos en cocina vegana y terapéutica. Otro lugar que merece una visita es Cal Paller, un espectacular hotel de montaña de ocho habitaciones, a 1.300 de altura sobre un acantilado en que las vistas desde cualquier rincón están garantizadas. Situado en los Pirineos, en la provincia de Lleida, es el lugar ideal para desconectar.

Abrazo árbol