450 km a dos ruedas

La Véloscénie: la ruta en bicicleta que une París y el Mont Saint-Michel

Una bicicleta, cinco lugares Patrimonio de la Humanidad y 450 km de puro paisaje.

El km 0 de todas las carreteras francesas, Notre-Dame, también es el punto de partida de La Véloscénie, una ruta ciclista que conecta la catedral parisina con el Mont Saint-Michel. Estas dos joyas arquitectónicas patrimonio de la humanidad son solo la punta del iceberg de un trayecto de 450 km que propone una escapada cultural y natural por Normandía.

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La Véloscénie. Francia a pedales

Foto: Cordon Press

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Francia a pedales

Incluido en el programa France à vélo, la cicloruta alterna vías verdes, caminos cerrados al tráfico y carreteras que atraviesan parques naturales, castillos y palacios como Versalles, Chartres o Alençon. En total, son 27 tramos y 16 puntos destacados de una ruta que permite conocer cuatro regiones y ocho departamentos de Francia desde una perspectiva diferente. Todo marinado con los paisajes del valle de Chevreuse, de las colinas del Perche y del Maine y de los bosques normandos.

La Véloscénie. Bici y patrimonio

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Rumbo a Versalles

A lo largo de los 450 km, la ruta pasa por cinco lugares Patrimonio de la Humanidad. La espectacular catedral de Notre-Dame y las orillas del Sena son el inicio de este itinerario en el que tanto la arquitectura como la dimensión espiritual y simbólica del edificio, la convierten en una primera etapa indispensable. Después es el turno de Versalles, donde se puede descansar de los pedales visitando su castillo, sus jardines y su parque, reconocidos por la Unesco en 1979. Todo un aliciente para aquellos que buscan conectar el deporte con la cultura.

Las claves para recorrer la Véloscénie

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Bici y Patrimonio

La ruta continúa por tres patrimonios de la humanidad más: la catedral de Chartres, que aparece unos 70 km al oeste, con su arquitectura gótica, y Alençon, unos 120 km más allá antes de alcanzar el Monte Saint-Michel. En el pueblo normando de Alençon se teje el encaje de aguja, una práctica declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la UNESCO desde 2010.

La Véloscénie. Al fin, Saint Michel

Foto: Cordon Press

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Al fin, Saint Michel

El monte más fotogénico de Francia espera al final de los 450 km a modo de recompensa. Precisamente, al llegar sobre dos ruedas, la silueta del Mont Saint-Michel aparece todavía más imponente al final de la pasarela, elevándose en medio de la bahía, donde contemplar una de las mayores variaciones de marea de Europa. Aparte de estos cinco lugares reconocidos por la Unesco, la ruta también se detiene en otros castillos como los de Rambouillet y Maintenon o la casa de Marcel Proust y la tía Léonie.

La Véloscénie. Francia a pedales

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La mejor opción: siete etapas

La Véloscénie puede reorrerse entera o solo alguno de sus tramos. Para ello, una de las mejores opciones es organizarla en siete etapas que permiten detenerse en cualquiera de las maravillas del camino y dormir al final de cada etapa: París - Éperon (80km), Éperon - Chartres (37km), Chartres - Nogent le Rotrou (75km), Nogent le Rotrou - Alençon (77km), Alençon - Domfront (74km), Domfront - Ducey (66km) y Ducey - Mont St. Michel (31km). Puede realizarse en siete días, uno por etapa, aunque también es una buena opción dedicarle algunos días más y disfrutar del paisaje y el patrimonio sin prisas.

La Véloscénie. Bici

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Las claves para recorrer la Véloscénie

Para emprender la ruta, varias empresas ofrecen la posibilidad de alquilar una bici, también eléctrica, y se encargan de llevarla hasta el punto de partida y de recogerla en la llegada. Aparte de encontrar accueils vélo, en la página web de la Véloscénie también se recopilan alojamientos, oficinas de turismo, restaurantes y talleres de reparación para hacer la experiencia mucho más fácil.

La Véloscénie. También para niños

Foto: Cordon Press

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También para niños

Aparte de algunos tramos exigentes, el resto de la Véloscénie ofrece rutas bastante asequibles para todos los públicos. De los 450 km, unos 150 son vías verdes donde el tráfico no está permitido, haciéndolo mucho más fácil para viajar con niños. Para facilitar la experiencia, muchos tramos de la ruta están clasificados con el nivel de dificultad. Uno de los mejores tramos para hacer con los más pequeños es el que va de Domfront hasta el Monte Saint-Michel. Es decir, las últimas etapas de la ruta, de unos 100km.