Mantener Venecia en orden no es tarea fácil, sobre todo cuando (antes de la pandemia) en temporada alta miles de turistas desembarcaban a la ciudad y las calles principales se hacían prácticamente intransitables. Para eso existe una figura, los conocidos como ángeles del decoro, policías que se encargan de patrullar las zonas más concurridas para advertir a los turistas de sus malas prácticas, tales como sentarse en el suelo de Plaza San Marcos, hacer picnics en cualquier rincón o meter los pies en el canal.
Venecia no deja de aplicar medidas y parece que una nueva tasa turística llegará el año que viene. Según las autoridades, contribuirá a que la ciudad sea más sostenible tanto para los turistas como para los habitantes. En palabras del alcalde de Venecia, Luigi Brugnaro, "la nueva medida no rechaza ni impide la entrada a nadie, sólo que será más difícil entrar para aquellos que no reserven una habitación". En cambio, desde otros sectores afirman que es una solución antidemocrática y excluyente que además establece paralelismos con un parque de atracciones del que Venecia lleva tiempo tratando de huir.