La hora de Shigeru Ban

El tiempo es madera

La nueva sede de Swatch se convierte en el gran atractivo de la ciudad suiza de Bienne.

Bienne es la metrópolis de los relojes suizos. Y es aquí donde Swatch ha abierto las puertas de su nueva sede. Ubicada cerca de Berna, Bienne es conocida por ser la entrada a los tres lagos del Jura, un punto de partida y llegada de varias excursiones, pero sobretodo por su tradición relojera. En ella todavía se practica el oficio de forma tradicional, y es donde se encuentran las principales marcas de relojes. Junto a la nueva sede, el arquitecto japonés Shigeru Ban también ha construido la nueva fábrica de Omega y la Cité du Temps. Es en este último edificio donde los visitantes podrán acceder para adentrarse en la historia de Omega y Swatch.

 

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Swatch. Armonía con el entorno

Foto: Swatch

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En armonía

Rompedora y con un diseño singular, esta arquitectura se aleja de toda idea de edificio de oficinas. Y más teniendo en cuenta que para Shigeru Ban la innovación y la humanidad son las claves de su trabajo. Los 240 metros de largo y 35 de ancho de madera y cristal se funden armoniosamente con el entorno urbano de la ciudad de Bienne, y en su punto más alto la fachada alcanza los 27 metros. Pero no es un edificio de incontables plantas con ascensores que no paran de subir y bajar. Al contrario. Con una apuesta más horizontal que vertical, constituye una silueta curvada y brillante que despierta la curiosidad.

Swatch. Trabajo y ocio

Foto: Swatch

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Un diseño que invita al trabajo... y a desconectar

Las cinco plantas del edificio, que albergan los departamentos de Swatch Internacional y Swatch Switzerland, se van estrechando para ofrecer vistas de las plantas inferiores. La transparencia y la apertura son las protagonistas. Junto a las oficinas, el edificio cuenta con varias zonas comunes: una cafetería abierta al público, pequeñas áreas de descanso y las cabinas individuales Alcove Cabin. Pero el elemento más insólito se encuentra en la parte de atrás de segunda planta, donde hay una escalera que no lleva a ninguna parte. Es la escalera de la lectura. 

 

Swatch. Bienvenidos...

Foto: Swatch

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De visita

El hall de la calle Nicolas G. Hayek da la bienvenida a trabajadores y visitantes. Y lo hace con una amplia entrada completamente acristalada, donde se encuentra la cafetería. Su silueta en forma de zigzag y la cobertura interior de madera invitan a la imaginación, ya que tanto el exterior como el interior del edificio se entremezclan con formas curvas, variedad de colores y juegos de transparencia. ¿Es un panel de abejas? ¿Un gusano? Los visitantes podrán discutirlo mientras suben por alguno de los dos ascensores de cristal que lleva a las plantas superiores y a la pasarela peatonal que conecta el edificio Swatch con la Cité du Temps. 

 

 

 

 

 

Swatch. La Cité du Temps

Foto: Swatch

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La Cité du Temps: dos museos sobre la historia del reloj

Como complemento al edificio Swatch, la Cité du Temps pone a disposición del público el Omega Museum y el Planet Swatch, dos museos que recorren la historia de estas marcas desde los primeros modelos hasta los más recientes. Y lo hacen con experiencias interactivas y vídeos. En Planet Swatch, el color es el protagonista, mientras que en Omega Museum, los visitantes podrán explorar la historia de las mujeres relojeras, caminar por una superficie lunar y entrar en el mundo de James Bond. La Cité du Temps, también diseñada por el arquitecto Shigeru Ban, se conecta con el edificio principal a través del hall.

 

 

Swatch. Sostenibilidad

Foto: Swatch

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Sostenibilidad en la construcción, el trabajo y el ocio

Por sus materiales, mayormente de madera, y adaptación al entorno, el edificio Swatch cumple todo lo necesario para ser sostenible. Con un suministro energético que proviene de placas solares y aguas subterráneas, consigue calentar y refrigerar el edificio. Ambos suministros también permiten el funcionamiento autónomo de ventilación e iluminación básica tanto en la sede de Swatch como en la Cité du Temps, con quien comparte los recursos. Pero la sostenibilidad va más allá, y el edificio dispone de un sistema de bicicletas públicas con estaciones de carga, iluminación LED y oficinas sin papel. Con esta apuesta, el modo de trabajar se adapta a la construcción, con la intención de crear el mínimo impacto en el medio ambiente.