Sioux a lo gaditano

La reserva en Cádiz donde hacer el indio... y resetear

Wakana es un fascinante resort natural basado en la comunión con la naturaleza.

Escapar de la rutina, acercarse a la naturaleza y sentirse más vivo que nunca. Tres buenos propósitos más fáciles de llevar a cabo de lo que uno se puede imaginar… A pocos kilómetros de Tarifa y de Gibraltar, a hora y media tanto de Sevilla como de Málaga y en pleno corazón del gaditano Parque Natural de los Alcornocales, se ubica Wakana. El término significa sagrado para los indios Sioux. Se trata de un espacio único que nace de la ilusión y la pasión por potenciar el papel trascendental de la naturaleza para conseguir el bienestar y activar el desarrollo personal.

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Foto: Wakana

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Un edén de 180.000 ha

Sobre un lago con tres islas y con un paisaje fascinante, las 180.000 hectáreas con las que cuenta este espacio se convierten en un remanso de paz y fuente inagotable de energía. Y la realidad es que el entorno tiene un potencial energético que se remonta al Neolítico. De aquella época se pueden encontrar  dólmenes, estructuras funerarias con restos fenicios y pinturas de valor incalculable en la cueva Tajo de las Figuras. El objetivo principal de las creadoras de este proyecto único es volver a los orígenes y brindar la posibilidad de conectar y experimentar en la naturaleza y, así, bajar el ritmo de nuestro desenfrenado día a día.

Foto: Wakana

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Vida nómada

En esta naturaleza viva, este complejo ofrece tres tipos de construcciones donde alojarse. Dos de ellas destinadas a descubrir y probar el modo de vida nómada: la Yurta y el Tipi (Teepee). Las Yurtas son tradicionales de los pueblos nómadas de Asia central. Destacan por su estructura es redonda que se recubre con tejidos naturales que cumplen la función de aislante. Agua, tierra, fuego, aire y madera: los cinco elementos básicos de la naturaleza son representados en colores vivos con una decoración artesanal exclusiva. Las Yurtas que encontramos en Wakana son originales de Mongolia de las cuales conservan el mantenido el mobiliario típico y las han adaptado para disfrutar del mismo confort que podemos esperar en cualquier habitación de hotel. Glamping en estado puro.

Foto: Wakana

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Buenos tipis

Por su parte los tipis son originarios de las tribus de Norteamérica y Canadá, así como de los indígenas de Europa y Asia. Se trata, básicamente, de tiendas con forma cónica y que se realizan de tela y palos de madera como elementos fundamentales.  Estos hogares nómadas cumplían dos funciones principales: ser el lugar de reunión y el espacio donde realizar ceremonias. Los que se encuentran en Wakana están decorados a mano con figuras totémicas y patrones originales de las tribus indígenas.

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Del tipi al cortijo

Tanto la yurta como el tipi son idílicos escenarios para gozar plenamente de una inolvidable y sanadora puesta de sol frente al lago. Además, en Wakana cuentan con un cortijo andaluz donde suelen alojarse, entre otros, los niños que participan en los campamentos que organizan así como los huéspedes que prefieren no vivir esta experiencia. En el interior de esta construcción sorprende la decoración del salón y del patio interior, ambos realizados materiales procedentes de Comercio Justo de la Fundación Vicente Ferrer. Más solidario e integrado, imposible. 

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Con los más peques

Otra de las grandes sorpresas y ventajas de este lugar es que le da la posibilidad a los más pequeños de vivir con experiencias únicas que les conecta con una vida sostenible así como conocerse a uno mismo y aprender sobre los demás en plena naturaleza. De hecho, en este entorno privilegiado habitan ginetas, nutrias, jabalís, ciervos, venados, lobos, buitres, búhos reales y águilas, entre otros. La finalidad última es concienciar y experimentar una forma de vida sostenible. Una oportunidad para contribuir a la cooperación, el respeto por la tierra y, también, al desarrollo del liderazgo.

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Más Km. 0, imposible

Al lado del cortijo se encuentra el huerto ecológico en el que cultivan gran variedad de verduras. También cuenta con una granja con gallinas que les proporcionan excelentes huevos y una prensa de aceite de acebuchina, que además es de cultivo propio.

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Mens sana...

De este modo, la comida que ofrecen se basa en alimentos que son ecológicos en su totalidad y vegetales la mayoría. Productos de temporada, preferiblemente de km.0, cocinados in situ y manteniendo ese respeto por la naturaleza en concordancia con el resto del proyecto. Ya se sabe: "Mens sana in corpore sano".

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Non-stop

Pero Wakana es un sitio perfecto también para una escapada en pareja, con la familia o amigos y realizar alguna de las actividades que ofrecen. Entre ellas destacan las acuáticas en el lago como paddle surf, kayak, esquí acuático, kitesurf, o windsurf. Y, si lo que se prefiere es la aventura sobre firme, se puede optar por tirolinas, un paseo en bicicleta, tiro con arco, una ruta a caballo, hacer senderismo, avistar aves u observar el firmamento con telescopio gracias a la ausencia de contaminación lumínica.

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Estilo Wakana

Sí, la filosofía Wakana podría considerarse un modo de vida. Sobre todo, por la variedad de actividades relacionadas con el bienestar físico y mental como las clases de yoga, los rituales, las ceremonias o los masajes ayurvédicos. Y, por qué no, celebrar una boda diferente y muy especial.

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Incentivos ecológicos

Una de las gratas sorpresas de Wakana es que enfocan parte de su programa de actividades a los viajes de empresa. ¿Cómo? Vinculándolas a la responsabilidad social corporativa diseñando actividades de team building basadas en la reforestación, la reparación de los comederos de nutrias o de los nidos y a la conservación del patrimonio en enclaves arqueológicos. 

 

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La fiesta definitiva

Por si todo ello fuese poco, del 17 al 19 de mayo, coincidiendo con la luna llena, tendrá lugar la segunda edición del festival boutique Wakana Reunion en el que tan solo mil afortunados gozarán del que se ha convertido ya en el evento musical más comprometido con la sostenibilidad tanto a nivel nacional como internacional. Destacados músicos del circuito festivalero, flamenco, espectáculo con timbales o un ritual del cacao son solo algunas de las atractivas propuestas para la presente edición. No es vano, en japonés Wa significa armonía y kana crear música.

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