Asun Luján
Periodista redactora de Viajes National Geographic
Actualizado a
Con la llegada del buen tiempo, la visita a los «badi» de Zúrich, como se conocen popularmente las zonas de piscinas al aire libre de la ciudad, se ha convertido en un agradable hábito en la vida diaria de los zuriqueses, así como en una nueva propuesta lúdica para los visitantes de la urbe helvética. La tradición termal de Zúrich se remonta a tiempos de los romanos, pero su práctica moderna se consolidó a mitad del siglo XX, cuando se extendió la práctica de tomarse un respiro diario en alguno de estos oasis urbanos, impulsada por la constatación de los beneficios de los baños en la salud. Entonces comenzó en la ciudad un boom en la construcción de piscinas al aire libre, tanto a orillas del río Limmat como en las del lago Zúrich. Muy frecuentadas, en la actualidad estas zonas urbanas de baño, dotadas hoy además de piscinas con soláriums, vestuarios o locales de restauración, se han convertido en uno de los espacios de esparcimiento favoritos de la ciudad suiza.