El pensamiento occidental se forjó justo aquí, en la Grecia helenística, al sol de la mitología y grandes filósofos, matemáticos y artistas. Con el tiempo, su legado convirtió al país en un paraíso para los amantes de la historia, la arquitectura, el arte o el conocimiento. A estos hace falta añadirle uno más, el paraíso natural que son sus más de 2.000 islas salpicadas en mitad del Egeo y el Mediterráneo. Pedazos de tierra bañadas por aguas turquesas, playas de ensueño, paisajes yermos, ruinas espectaculares, una gastronomía exquisita y una cultura envidiable. Situadas en la intersección entre el mito y la realidad, ninguna de estas islas puede faltar en un viaje el archipiélago griego.