Brasil

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Y por si no fuera suficiente... ¡ilha grande!

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Y por si no fuera suficiente... ¡ilha Grande!

Isla Grande siempre está ahí, como una Luna orbitando alrededor de Paraty. Por sí sola es el lugar perfecto para desaparecer con solo dos piezas de traje de baño, unas chanclas y algunos libros por leer. La isla es una verdadera constelación de playas paradisíacas que consiguieron abrirse paso en la selva, una colección abrumadora de edenes playeros que hará que después toda otra playa parezca cualquier cosa. Vila do Abraão es la particular capital de este mundo sin carreteras —solo las trilhas de tierra cruzan la selva desde tiempos inmemoriales— y sin vehículos de tracción motora. Ilha Grande forma parte del archipiélago de más de 187 islas de la bahía y se llega directamente desde el municipio de Angra dos Reis.

iStock-530822740. Paraty

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Un lote de Patrimonio de la Humanidad

Un edén que forma parte de la lista de nuevos Patrimonio de la Humanidad del 2019 y que sabe a aguardiente de caña y aún esconde tesoros de antiguos piratas en las arenas de sus playas. En Paraty y alrededores se ha reconocido el valor cultural tanto como la superlativa riqueza de su biodiversidad. De hecho, se trata del primer bien mixto entre los 22 sitios reconocidos por la Unesco en Brasil. En Paraty, se halla una combinación perfecta de naturaleza con elementos culturales del período colonial combinados con otras influencias africanas y de los indígenas brasileños. Ya Américo Vespucio demostró tener buen ojo al exclamar "¡Oh, Dios! Si hubiera un paraíso en la tierra, no estaría lejos de aquí", cuando avistó estas costas allá en el siglo XVII.

 
iStock-664783322. Paraty, noche

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Al caer la noche, sabrosura de la buena

Lo mejor de Paraty llega al caer la noche, entonces la vibración contenida del día llega a plena ebullición, las luces que salen de los interiores se filtran en las calles transitadas, la música suena aquí y allí, los restaurantes tientan y las terrazas alrededor de la plaza se antojan lugares perfectos para pasar toda la noche al arrimo de una ‘clássica caipirinha de cachaça e limão’. Para distinguir esta cachaça de otras, la de Paraty se conoce como pinga y tiene su propio festival en agosto. Hay que aprovechar para tomarle todo el sabor a estas tierras con una potente moqueca de camarón, el plato estrella de origen indígena con su toque picantito para hacer sudar la noche. Se puede degustar en muchas pousadas, pero el Banana da Terra, el Prosa Restaurante o incluso, el Quiosque São Francisco, si se desea salir por un momento del centro histórico, son apuestas seguras. El postre, mejor dejarlo para cualquiera de los carritos que se apuestan en las calles, son verdaderos bufés dulces rodantes.

 Caminho do Ouro-paraty.  Una autopista real

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Una autopista real

Los tiempos cambian y hoy la movilidad es libre, pero durante la época colonial sólo se podía recorrer el país siguiendo el trazado de las Estradas Reales, los únicos caminos por los que podían viajar personas y mercancías sin resultar sospechosos de contrabando ilícito. Una de aquellas estradas  fue el Caminho Velho, la primera vía abierta oficialmente por la Corona portuguesa para unir la costa de Río de Janeiro con las minas de oro de Minas Gerais. El puerto de destino era Paraty, donde el oro era embarcado hacia Río de Janeiro, y desde allí a Europa. Paraty fue el mayor puerto exportador de oro de Brasil durante el periodo colonial entre 1530 y 1815 y alcanzó todo su esplendor en el siglo XVIII, hasta que se encontraron alternativas mejores para mover tal cantidad de riquezas. Parte de aquel esplendor es evidente en las iglesias y plazas construidas entonces. Hoy se ha recuperado parte de aquel antiguo recorrido, envuelto por completo por la Selva Atlántica del Parque Nacional de la Sierra de Bocaina.

iStock-828915118. ¡Viva el color!

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¡Viva el color!

Cuando se comienza a caminar por el centro histórico de Paraty, lo primero que sorprende son sus calles empedradas que obligan a hacer equilibrismos mientras se camina —los pes-de-moleque, pies de chiquillo, como se conocen los irregulares adoquines, dan idea de la dificultad del paso—, luego sus casitas bajas y blancas, y los colores vivos con los que están pintados los marcos de las puertas y de las ventas. No es casualidad que Paraty esté considerada como el mejor ejemplo conservado de arquitectura colonial brasileña. Está como en el S. XVIII pero con el ambiente bohemio y cultural de la actualidad. Hay varios puntos de obligado paso, como la Iglesia de Nossa Senhora dos Remedios, la Iglesia de Nossa Senhora das Dores y la Iglesia de Santa Rita. Cuando sube la marea (o también en época de lluvias) se forman charcos enormes que juegan a reflejar los colores de las fachadas. 

 
naturaleza-paraty. Un horizonte natural

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Un horizonte natural

Un espacio apasionante para senderistas, así es todo el entorno natural que junto a Paraty ha sido reconocido como Patrimonio de la Humanidad: está el Parque Nacional de la Serra da Bocaina, un grandioso paraíso de paisajes que van desde las montañas a las playas más espectaculares y que abarca los estados de Río de Janeiro y São Paulo; está también el Parque Estatal de Isla Grande, la Reserva Biológica Praia do Sul y el Área de Protección Ambiental de Cairuçu, con su complejo arqueológico de Paraty-Mirim, donde hay dos asentamientos indígenas. Hay que añadir varias cascadas alrededor, como la cascada del Resbalón, la de Pedra Branca o la popular Tobogá. Una de las excursiones más espectaculares es la que sube al Pan de Azúcar del Mamanguá: las vistas sobre el entorno, tal como se ven en la imagen, son realmente espectaculares. Y la ciudad de Paraty es el centro de todo este universo verde que diríase casi infinito.

paraty-playa do Meio en Trindade. Playas, qué playas

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Playas, qué playas

Entre otras muchas playas en la zona está la Praia Vermelha, la mejor de la región para muchos, con sus contrastes entre la arena blanca y el verde profundo de la selva que llega a tocar casi el mar. El ambiente es de playa surfera y hay un restaurante para comer con los pies enterrados en la arena y bajo la sombra de un chamizo. Más al sur, al otro lado de la península, está la playa de Trindade, junto a la espectacular piscina natural do Caixa D'aço, un paisaje que parece el escenario ideal de una película de aventuras. Más próximas a la ciudad de Paraty, están la playa de Pontal, en el mismo centro, siempre un hervidero de agitación pero con aguas cristalinas, y a unos 30 minutos andando, queda playa Jabaquara. Por otra parte, la playa de Ponta Negra es una verdadera joya playera escondida. Y si no, otra opción realmente divertida para hacer un ‘al agua patos’ es montar en escuna, las pintorescas embarcaciones medio motor medio velero que suelen poner color a las aguas de la bahía.

Foto: Gtres

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Río de Janeiro, siempre samba

La samba es símbolo de la identidad brasileña y una de las manifestaciones populares más importantes de Brasil. A pesar de que se escucha en todo el país, es en Río de Janeiro donde el género alcanza máxima representatividad, considerándose la máxima expresión musical de la ciudad. La primera grabación de un disco de samba se hizo en Río de Janeiro en 1917. Las escuelas de samba de la ciudad son famosas en el mundo. Cada año el sambódromo deja claro que la samba forma parte de la identidad carioca. Durante el resto del año, podemos asistir a alguna de las Rodas de Samba del centro de Río de Janeiro para disfrutar de esta música de raíces africanas.

Foto: Gtres

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Río Amazonas, a su paso por Iquitos

Uno de los ríos míticos del mundo. Su cuenca hidrográfica corresponde a cerca de una quinta parte del agua dulce líquida del planeta. Se trata de un universo maravilloso de fauna y flora. Es el río más largo del mundo, con 7.062 km de longitud desde su nacimiento hasta la desembocadura. Nace en Perú, atraviesa Colombia y desemboca en Brasil. A él llegan más de 1.000 ríos tributarios, algo que lo convierte en el río más caudaloso del mundo (contiene más agua que el Nilo, el Yangtsé y el Misisipi juntos). Su conservación es esencial para el planeta.

Foto: Gtres

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Ilha Grande, Brasil

Un auténtico paraíso de Brasil al que se llega por mar. Esta isla situada frente a la costa de Río de Janeiro forma parte del municipio de Angra dos Reis. Por sus paisajes, y aunque no esté bañado por el Mar Caribe, a esta zona se la conoce como Caribe Brasilero. Antiguamente hubo un penal famoso; hoy llegan viajeros atraídos por sus fantásticas playas y rutas de senderismo; pero sobre todo, atraídos por la calma de un lugar al que no llegan automóviles.

Foto: José Alejandro Adamuz

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Roraima, la Gran Sabana

El monte Roraima es una de las formaciones geológicas más antiguas de la tierra. Forma parte de la cadena de mesetas tepuis (montañas tabulares) de la sierra de Pacaraima. Hasta su cumbre llegó Carl, el protagonista de la película Up, en su casa voladora. La cumbre es una meseta rodeada de paredes completamente verticales de las que suelen caer abundantes cascadas, lo cual dificulta algo su ascenso. Se da la particularidad que hay un punto denominado la triple frontera, compartida por Venezuela, Guyana y Brasil. Llegar arriba es encontrarse con un paisaje de otro tiempo; no obstante, Arthur Conan Doyle se inspiró en las descripciones de este lugar que hicieron las expediciones de la época para ambientar su novela El mundo perdido.

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Un Indiana Jones real

Dicen que Steven Spielberg se inspiró en este militar y explorador británico para crear a Indiana Jones. La vida de Percival Harrison Fawcett no fue para menos: participó en primera línea de batalla de la I Guerra Mundial y realizó algunas expediciones arriesgadas por la selva. Se adentró en zonas sin cartografiar, auténticos huecos vacíos, con poco más que un machete y su brújula. Su obsesión fue La Ciudad Perdida de Z, la que consideraba fue El Dorado. Su determinación le llevó a adentrarse a los peligros hasta siete veces. De la última no volvió: junto con su hijo Jack desapareció en 1925. Ninguna de las expediciones de rescate les encontró jamás.

Foto: Gtres

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Río de Janeiro, Brasil

Cuando se sube a lo más alto de la ciudad en la montaña de Corcovado, como por ejemplo hasta el mirador de la Estatua de Cristo el Redentor, se puede observar la fabulosa ubicación y la belleza de Río de Janeiro. La ensenada de Botafogo es un paisaje espectacular. Río de Janeiro es lugar de playas míticas, como Ipanema o Copacabana, un lugar donde el ritmo, la festividad y la alegría brasileña, atraen a visitantes de todo el mundo. No puedes irte sin subir al icono de la ciudad, el “Pan de Azúcar”, el peñón de 338 metros de altura, al que se accede mediante un teleférico con vistas impresionantes.

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Praia do Rosa, Brasil

Praia do Rosa, Brasil. En el sur del país, esta hermosa playa bañada por las aguas del Atlántico recibe cada año, durante los meses de junio a noviembre, a las ballenas francas australes. Estos animales deleitan a los turistas con saltos impresionantes que dejan ver hasta el 75% de su cuerpo