Estación de Canfranc
Apodada por muchos como la estación de tren más bella de España, el imponente edificio fue resultado de la alianza entre Francia y España por crear un paso transfronterizo a través de los Pirineos. El proyecto se inició tras la publicación -en 1853- de un manifiesto que pedía la construcción de una línea que uniera Madrid con París, aunque no se materializó hasta 75 años después, gracias a la perforación del túnel de Somport, que unía ambos países.
Durante los primeros años, la estación vivió una etapa dorada gracias al tráfico constante de pasajeros y mercancías procedentes de toda Europa. Sin embargo, el estallido de la Segunda Guerra Mundial y los desacuerdos políticos con el país galo provocaron el cierre prematuro, tan solo 21 años después de haber sigo inaugurada. En la década de los cincuenta se decide retomar la actividad ferroviaria hasta que en 1970, el descarrilamiento de uno de los trenes en la zona del puente de L’Estanguet provocó el cierre total. Desde entonces la estación ha permanecido cerrada, aunque se organizan visitas guiadas.
¿Qué la hace singular?
La Estación Internacional de Canfranc es especial por varios motivos. El primero es que en el momento de su inauguración, llegó a ser considerada la segunda estación más grande de Europa por detrás de la estación de Leizpig. No obstante, construir semejante edificio a los pies de los Pirineos no fue tarea sencilla, de hecho, hizo falta modificar el curso del río Aragón para encontrar el terreno que acogiera el edificio modernista de más de 240 metros de longitud.
Pero si hay algo que la hace tremendamente interesante es su historia. Por sus andenes pasaron espías y contrabandistas de un lado y otro de la frontera. La estación conjugó los años de máximo esplendor con la Segunda Guerra Mundial y la Guerra Civil Española. Fue justamente durante esa época cuando ocurrieron los hechos más determinantes de la historia de la estación. Hitler, conocedor de su valor estratégico, lideró el paso de trenes cargados con oro y wolframio, aunque en ese mismo momento, cientos de judíos aprovecharon el paso para buscar refugió en la península.