Entre crestas boscosas y plantaciones de té
Los bosques templados húmedos de coníferas, rododendros y bambús que cubrían enteramente las montañas de Darjeeling son el hábitat del panda rojo, un animal hoy en peligro de extinción, emparentado con los mustélidos (mapache, comadreja...) y no con los osos. A mediados del siglo XIX los británicos talaron parte de los bosques para crear plantaciones de té que se convirtieron en unidades autosuficientes, con residencias para los propietarios, casas para los trabajadores, escuela, dispensario e iglesia. Muchas están abiertas al visitante. Los delicados brotes apicales de cada rama –los más apreciados– los recolectan las mujeres con primor y diligencia.