Aosta, la Roma de los Alpes
La entrada a la ciudad de Augusta Pretoria, fundada el año 25 a.C., no podía ser más monumental: se cruzaba el puente sobre el río, se pasaba bajo el Arco de Augusto y finalmente se llegaba a la Puerta Pretoria, la única que se conserva de las cuatro originales. A partir de ahí, el viajero, mercader o soldado seguía el Decumano Maximo, la vía que atravesaba el núcleo de este a oeste y, si disponía de tiempo, se dirigía hacia el sector de los espectáculos, en el nordeste, donde se hallaban el Teatro y el Anfiteatro, ahora incluido dentro del convento de Santa Caterina.