Lituania

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Sharunas Jurevic / Flickr

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Parque del palacio de Uzutrakis, Trakai, Lituania

Y una vez en Trakai, otra parada muy recomendable es el parque del palacio Uzutrakis, uno de los parques más grandes y bellos de Lituania.  El palacio, de estilo renacentista, fue construido en el Siglo XIX.

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Parque Nacional de Kursiu Nerija, Lituania

Para aprovechar bien el viaje hay que ir a Lituania en verano cuando los días son larguísimos y las noches muy cortas. Aunque cada época del año tiene lo suyo: con el deshielo de los ríos, la primavera es perfecta para el rafting; en otoño, los bosques están maravillosos y en invierno se debe ir preparado para contemplar paisajes de postal y decidido a pisar nieve.

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Lituania, centro de Europa

Lituania es pequeña pero no minúscula. Su superficie dobla la de Cataluña y se queda corta en referencia a Andalucía. Tiene poco más de tres millones de habitantes. Aunque suene extraño, el centro geográfico de Europa se halla en este país Báltico, exactamente a 26 kilómetros al norte de Vilnius. Un mojón señala el punto exacto.

Vytautas Mildažis

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Druskininkai

Pero si cuando estáis de viaje queréis hacer un receso y daros un baño termal, los de Lituania no tienen parangón. Hay que ir a Druskininkai, el balneario está situado junto al lago Druskonis, rodeado de bosques, en un paraje precioso.

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Vilna

La capital lituana conserva un casco antiguo y bellos edificios barrocos que compagina a la perfección con una arquitectura moderna y buenas propuestas de ocio. Tiene un centro barroco precioso con numerosos y tentadores bares y restaurantes, así como talleres de artistas. Hay que perderse por sus callejuelas y meterse en sus patios interiores.

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Kaunas

Seguro que te suena más por el baloncesto que por su interés cultural. Kaunas, donde juega el Zalgiris, es la segunda ciudad del país una urbe universitaria y animada. En ella hay que visitar la Ciudad Vieja, el castillo y el monasterio de Pazaislis de estilo barroco.

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Curlandia, Palanga y Klaipeda

Otras ciudades que hay que visitar son Klaipeda y Palanga, ambas en la costa, con un pasado hanseático y raíces alemanas y unos centros históricos muy atractivos. La costa lituana está formada por playas inmensas. Las mejores se hallan cerca de Klaipeda, en el estrecha franja de arena que forma el itsmo de Curlandia.

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Colina de las Cruces

Para curiosidad, la Colina de las Cruces. Se trata de un monte donde, desde el siglo XIX, la población ha ido colocando cruces como ofrenda o para pedir algún favor. Sobrevivió a la época soviética y se calcula que, a día de hoy, hay más de 50.000 cruces en el lugar.   

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La Ruta del Ámbar

Seguro que cuando vuelves te llevas de recuerdo alguna joya u objeto de ámbar. Para saber su origen, cómo se extrae, la historia y todos los detalles de esta piedra preciosa puedes apuntarte a la Ruta del Ámbar que recorre gran parte del país y muestra los lugares más interesantes.

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Trakai

Y terminamos en Trakai, el lugar al que todo aquel que visita Lituania acaba yendo. Un gran lago en cuyo centro se encuentra una isla y un castillo medieval que actualmente alberga conciertos y exposiciones.