Un bosque de jade en Nueva Zelanda
La localidad de Karamea es, con solo 650 habitantes y asomada al mar de Tasmania, uno de los rincones más remotos de Nueva Zelanda. Uno de sus grandes atractivos es el Heaphy Track, el sendero de largo recorrido que se adentra en el Parque Nacional Kahurangi –el segundo más grande del país– a lo largo de 78,4 kilómetros. No es necesario caminar los 4 o 6 días requeridos para completar el sendero si lo que se busca es disfrutar de la exuberancia del bosque tropical. Durante el camino se pasa junto a helechos arborescentes, coníferas neozelandesas o podocarpos, hayas rojas, palmeras nikau y, en verano, orquídeas que florecen al pie de los árboles. El frondoso sotobosque es un confortable refugio para el kiwi y el weka, dos de las especies de aves no voladoras más singulares de Nueva Zelanda. El Heaphy Track fue abierto en 1860 por los buscadores de oro como vía de comunicación con el mar, pero ya hacía siglos que los maoríes se adentraban por esta senda en busca de pounamu, una variedad de jade con el que elaboraban desde herramientas y armas hasta delicados ornamentos.