Nueva Zelanda es un paraíso que se encuentra casi donde termina el mundo. Situada al este de Australia, este archipiélago está formado por dos islas principales de gran tamaño junto a muchas otras más pequeñas. Si hablamos de naturaleza, Nueva Zelanda es la experiencia definitiva. La cantidad de actividades y propuestas que presenta es tal que muchas personas al finalizar el viaje se marchan con la percepción de que ningún otro lugar podrá maravillarles como este. El país se formó por la fuerza de la actividad volcánica y geotérmica hace milenios, cuyo legado es visible hoy día en lugares como Rotorua. En los alrededores de esta ciudad, el trotamundos podrá deslumbrarse con columnas de vapor que se elevan desde parques y desembocaduras de ríos hasta piscinas de lodo burbujeante.
Pero es que además Nueva Zelanda tiene glaciares y cuevas subterráneas, fiordos y playas paradisíacas. Uno de los lugares que quitan el aliento es Milford Sound. Este fiordo se caracteriza por los impresionantes acantilados con cascadas que se alzan por encima del agua hasta alcanzar cientos de metros de altura. Ya sea en crucero, en piragua o por sus rutas de senderismo, visitar esta maravilla no puede faltar en el itinerario de todo buen explorador. Hay muchísimo que ver en Nueva Zelanda pero nos detendremos con una última recomendación: recorrer las islas de la Bahía de las Islas y avistar majestuosas orcas durante la marcha.