De Gran Bretaña, a Cataluña. Así fue el salto geográfico que dio el golf al crearse en julio de 1912 el Barcelona Golf Club, el primer club catalán. La importante colonia inglesa que había por entonces pudo sacar a partir de entonces sus palos en el campo de nueve hoyos que se construyó en Pedralbes. Al poco, se abrió el campo de golf de Sant Cugat del Vallès y la afición en tierras catalanas por este deporte no dejó de crecer, teniendo su momento cumbre en los Juegos Olímpicos de Barcelona.
No es extraña esa afición por el golf, dado que las condiciones son perfectas para su práctica. Un clima templado que permite jugar durante todo el año y parajes variados que van desde el mar a los bosques, pasando por llanuras, hace que los aficionados de todo el mundo elijan alguno de los cerca de 40 campos catalanes, diseñados por arquitectos de reconocido prestigio, donde además suelen celebrarse numerosos eventos deportivos internacionales. Muchos de ellos, coincidirán durante el 2020 con el año del turismo deportivo en Cataluña.