San Francisco y las regiones vitivinícolas de California
San Francisco es una de las ciudades más fascinantes de Estados Unidos, tanto por su variopinto y multicultural paisaje urbano como por la famosa gastronomía que reúne a comensales de todo el mundo alrededor de las mesas de sus restaurantes. De estilo entre vanguardista y relajado, entre urbano y agrícola, los contrastes de esta metrópolis californiana atrajeron a los escritores de la Generación Beat en los años cincuenta y a los hippies del Summer Love a finales de los sesenta, dos grupos indispensables de la historia de la ciudad cuyas huellas aún se perciben en sus calles y librerías.
Más allá de los interesantes y atractivos barrios de Union Square, North Beach y Japantown, San Francisco también posee un gran parque nacional, el Área Nacional de Recreación Golden Gate. Desde allí se puede disfrutar de las mejores vistas al gran puente rojo que se ha convertido en el símbolo más importante de la ciudad. En esta zona, a lo largo de 146 kilómetros por la costa de la Bahía de San Francisco, viven alrededor de 2.458 especies de plantas y animales que se pueden descubrir en recorridos turísticos o programas educativos sobre la vida animal y marina.

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En las regiones que rodean San Francisco se encuentran otros parques naturales, tales como el Parque Natural de Yosemite, los Parques Nacionales de las Secuoyas, el Parque Nacional Cañón de los Reyes o el Parque Nacional y Estatal de Redwood, que bien merecen una visita. En la misma línea, a pocas horas en coche de San Francisco están algunas de las áreas vitivinícolas más famosas de California, como Sonoma o Napa Valley.
Sonoma ofrece un ambiente íntimo de viñas que se extienden hasta el Russian River y de bodegas y catas organizadas en antiguos castillos o graneros remodelados. Napa Valley es una tierra de grandes terrenos, salones de degustación y pequeños pueblos que bordean la Silverado Trail, una ruta rural de bodegas en las que deleitarse con la increíble variedad de vinos californianos que fabrican los viticultores, entre los que se encuentran algunos de los mejores vinos del mundo.

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Louisiana y Nueva Orleans
El estado de Louisiana destaca por su extraordinaria mezcla cultural en la que convergen influencias españolas, alemanas, francesas, italianas, africanas e indígenas, traduciéndose en sabores únicos y una música legendaria. El ritmo de Louisiana late en su inspirador paisaje y en la innumerable flora y fauna que habita en lugares como la Zona del Patrimonio Nacional de Atchafalaya, pero donde más resuena es en Nueva Orleans, la ciudad considerada el corazón de este estado.

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Nueva Orleans fue la cuna del jazz y también de uno de los cocktails clásicos más famosos del mundo, el Sazerac. Disfrutar tanto de lo uno como de lo otro es posible en lugares como la Calle Frenchmen o The Roosvelt. Caminar por el centro histórico, pasando por la Jackson Square (también conocida como la “Plaza de Armas”) es ideal para conocer el pasado de la ciudad y viajar a otras épocas a través del nombre de sus calles. Otra opción es degustar los platos de los restaurantes multiculturales que se despliegan por el centro, entre ellos el Bourbon House, el Pat O’Brien’s o el Napoleon House.
En el French Quarter se encuentran algunos de los mejores hoteles de la ciudad, así como pequeñas boutiques, radiantes joyerías o hermosas galerías de arte. Aquí también se reúnen músicos, actores y artistas para mostrar su trabajo a los transeúntes que recorren las calles de una ciudad en la que, tal y como afirman los locales, se encuentra la “joie de vivre”, es decir, la alegría de vivir.

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Las ciudades de Nueva Inglaterra
Una buena opción para los amantes de la historia y las playas infinitas es recorrer Nueva Inglaterra, el lugar donde nació Estados Unidos. Los cinco estados que conforman Nueva Inglaterra, que son Connecticut, Rhode Island, Massachusetts, Nuevo Hampshire y Maine, son fácilmente accesibles desde Boston, una ciudad moderna e interesante, ideal como punto de partida. Atravesar estos estados es pasar por playas de arena blanca, restaurantes al lado del océano, faros antiguos, lagos extensos y vistas de las majestuosas montañas. Además, la gastronomía de esta zona, caracterizada por los sabores del mar, es el complemento perfecto para terminar de disfrutar del recorrido.
En Connecticut se pueden descubrir las Thimble Islands en kayak o hacer rafting en el Farmington River. En Rhode Island, el estado más pequeño de los Estados Unidos, disfrutar de pacíficos litorales y campos, además de contemplar las grandes mansiones de la zona. En Massachusetts, después de agotar las opciones que ofrece Boston, visitar las impresionantes playas de Berkshire Hills y los pueblos pequeños y encantadores de la costa, así como algunos de los mejores museos de historia del país.

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El entorno natural de Nuevo Hampshire invita a adentrarse en montañas como Mount Washington (de 1917 metros de altura) y las White Mountains (con 48 picos de más de 1229 metros de altura) o en lagos como el Winnipeasaukee, uno de los más grandes de Estados Unidos. Por último, Maine, en el norte, cuenta con una larga costa perfecta para caminatas o paseos en bicicleta.
Los grandes parques del oeste
Uno de los recorridos más espectaculares de los Estados Unidos para los amantes de la naturaleza es seguir los caminos de algunos de los mejores parques naturales del país, como el Parque Nacional del Cañón de Bryce, el Parque Nacional del Valle de la Muerte o el Parque Nacional del Gran Cañón.
Al sur de Utah se encuentra el Parque Nacional del Cañón de Bryce, un lugar mágico de esculturas de roca rojiza donde unas torres llamadas “hoodoos” se elevan como bosques de piedra. Los mejores momentos para visitar este parque nacional son la puesta del sol y el amanecer, cuando las luces cálidas bañan la belleza del panorama que se puede contemplar desde Sunrise Point, Inspiration Point o Bryce Point, bien en solitario o bien acompañado de un guía.

El Parque Nacional del Valle de la Muerte es conocido por sus pueblos fantasma y sus ranchos abandonados, además del impresionante desierto, los cañones y las montañas que la tribu Timbisha Shoshone considera sagradas. Practicar senderismo, ciclismo y montañismo son algunas de las posibles opciones para descubrir las hectáreas de paisajes desérticos, bosques frondosos y acantilados abruptos de este parque.
Por último, el Parque Nacional del Gran Cañón es una de las maravillas naturales más impresionantes del continente, un enclave con más de 2000 millones de años de historia geológica en el que la belleza asombra e impacta a partes iguales. Tan hermoso es contemplar el Gran Cañón, de 1,6 kilómetros de profundidad y 16 kilómetros de ancho, como el Colorado River que atraviesa el parque. Gracias a las rutas guiadas por guardabosques también es posible aprender sobre la historia del lugar y los animales que habitan esta área declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

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Viaje a la capital: Washington D.C.
La capital de los Estados Unidos es otro destino ideal para el verano. Su paisaje urbano está marcado por algunos de los monumentos más famosos del mundo, como la Casa Blanca o las esculturas y templos de la Explanada Nacional. Entre estos se encuentran el Monumento Nacional a la Segunda Guerra Mundial, el Monumento a Washingon o el Monumento a Martin Luther King, por eso se dice que se puede seguir la historia de Estados Unidos recorriendo este lugar.

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Más allá de la zona presidencial, Washington D.C. tiene decenas de museos, entre ellos el Museo Nacional de Aire y Espacio, el Museo de Historia Estadounidense o el Museo de Historia Natural. En el ámbito artístico destacan el Museo de Arte Estadounidense, la Galería de Arte Freer, la Galería de Arte Corcoran, el Museo Nacional de Arte Africano y el Museo Nacional de Mujeres Artistas.
En la capital también se puede visitar uno de los mercados más antiguos del país, el Eastern Market, así como disfrutar de la vida en U Street Corridor, la arquitectura victoriana en Dupont Circle, el animado barrio Shaw o las tiendas y los clubes nocturnos de Georgetown. Además, se pueden realizar recorridos gastronómicos de cerveza artesanal y degustar los platos sofisticados y hogareños de una de las eternas “ciudades con los mejores restaurantes” de los Estados Unidos.