No es un secreto: Gran Bretaña lo tiene todo para enamorar a cualquier viajero: una costa caracterizada por sus espectaculares acantilados, un interior repleto de zonas rurales y ciudades incansables. Precisamente, atractivos como las montañas de Snowdonia, Stonehenge o el Big Ben han contribuido a catapultar este destino como uno de los rincones más interesantes y visitados del viejo continente. Sin embargo, esta isla es mucho más. Gracias a una serie de experiencias sostenibles se puede redescubrir los lugares más míticos y explorar coordenadas fuera de ruta en las que la inmersión con la naturaleza y la cultura local es completísima y muy apasionante.