Galicia podría entenderse en base a sus cinco Denominaciones de Origen, una nueva forma de dividir la Comunidad, en función de sus uvas y sus viñedos, y de la cultura, la naturaleza y el patrimonio que les da forma. Porque el vino en Galicia va vinculado a la tierra y a todo lo que pasa a su alrededor, de ahí que estas rutas permitan descubrir al visitante la posibilidad de conocer los orígenes de un lugar y su vinculación con la viticultura. Que estas cinco Rutas del Vino sean el pretexto perfecto para recorrer cada una de las zonas de arriba abajo. Porque un viaje enoturístico no tiene porqué dejar de lado el turismo en la zona para descubrir los senderos que recorren los cañones del Sil o del Miño, el barrio judío de Ribadavia, la calzada que cruzaba el Imperio Romano, el permitirse una parada para el autocuidado en la Ruta de las Aguas Termales o conocer monumentos históricos muy vinculados al vino como el Pazo de Fefiñáns.