El nuevo principio de la Gijonomía pone en valor la gastronomía, el entorno, la escena musical y el buen rollo de la ciudad asturiana. Se refieren al octavo principio de esta ciencia: “El área de un cachopo es igual a base por altura, partido por dos”.
Sobre sus vespas, Ana, Pablo y sus amigos y amigas se citan donde la estatua de Pelayo, recorren el Muro de la playa de San Lorenzo y, a través de las sinuosas carreteras del concejo, llegan a la playa de Estaño.
Allí, cómo no, comparten un buen cachopo con vistas y cierran la velada con buena música en directo de la escena local. “En Gijón comemos bien y comemos mucho, pero lo que más nos gusta es compartirlo”, aseguran.
Así son los gijoneses y gijonesas. Alegres, generosos, nobles, simpáticos, “grandones”, con una curiosa forma de entender la vida y también de expresarlo. Gijón es una ciudad diferente, peculiar, con un carisma especial, y lo es, sobre todo, por su gente.

Gijonomía
Hablan con frescura, de forma auténtica, con cierto descaro y con gracia. ¡Ser así tiene su ciencia! Y la han bautizado como Gijonomía, una forma de ser, de vivir y de sentir Gijón. Es una pasión, una obsesión y el compendio de lo que son ellos y su ciudad.
Los gijoneses y gijonesas merecen una enciclopedia propia. Su pasión por todo – la comida, la sidra, el mar, la naturaleza, la amistad, la diversión... ¡por la vida! – es algo digno de estudio. Conocerles y contagiarse de esa sana obsesión es descubrir la auténtica Gijonomía.

Machbel
LAS SEIS CLAVES DE LA GIJONOMÍA
El famoso cachopo
Se ha convertido en una seña de identidad de la gastronomía asturiana. Aunque hay variaciones, básicamente consiste en jamón serrano y queso de la tierra entre dos filetes de ternera asturiana, todo empanado y en unas proporciones, se podría decir, que algo más que grandes.

Ana Quirós
Las sidrerías
Aquí también se les llama chigres. Son, como su nombre indica, establecimientos donde se escancia y se toma sidra, pero también donde se puede encontrar la materia prima más fresca y el paisanaje local más auténtico.
Los merenderos
Ubicados a las afueras de la ciudad, con mesas al aire libre y rodeados de naturaleza, son un punto de encuentro ideal para familias y grupos de amigos. Un plan: darse una vuelta en bici con la pandilla por los montes y sendas del entorno y al mediodía hacer una parada en el merendero favorito del grupo para repostar sidra, croquetas, calamares y queso Cabrales.

Gijonomía
Una ciudad motera
Esta ciudad siempre se caracterizó por su cultura motera y por el gran número de motos que la recorren. Al igual que los Cachopers, existen muchos clubes que se dedican a rodar y realizar actividades. Y es que, sin necesidad de salir del concejo, hay infinidad de sorprendentes carreteras y pistas que discurren entre el mar y la montaña y, un poco más allá, toda Asturias.
La escena musical gijonesa
Los habitantes de la ciudad aman la música y, afortunadamente, su amor es correspondido. Gijón es famosa por su música en vivo en los bares y por los innumerables festivales, de todos los estilos, que alberga a lo largo del año: Gijón Sound Festival, L.E.V. Festival, Festival de Música Antigua, Gijón Life, Tsunami Xixón, Euroyeyé, Jazz Xixón y Festival de Góspel, entre otros.

Machbel
La gastronomía local
Si lo que se quiere es degustar los mejores sabores locales, solo hay que preguntar por los productos de temporada en restaurantes y sidrerías. El Tratado de Gijonomía también recoge algunos consejos de utilidad, como por ejemplo, bocartes en primavera, bonito en verano, fabes verdines en otoño y centollo en invierno. ¡Buen provecho!