En Gran Canaria los días son largos y las ganas de aprovecharlos, inmensas. Al menos para los turistas que escogen este destino por sus condiciones climáticas y por su oferta de ocio. Al llegar, los viajeros se encuentran con un pequeño continente en el que cabe de todo gracias a su diversidad paisajística: desde el magnetismo volcánico hasta la energía del océano, pasando por la exuberancia de los bosques y la calidez del desierto de dunas. Un entorno del que disfrutar los 365 días del año gracias a sus temperaturas, con 18º de media en invierno y 24º en verano, y que hacen de Gran Canaria la isla de la eterna primavera.
Los responsables de estas condiciones climáticas son su situación geográfica y de latitud, pero sobretodo la brisa marítima de los Alisios y la influencia del anticiclón de las Azores, que la convierten en un destino todoterreno y lleno de vida. Más allá del turismo de sol y playa, Gran Canaria cuenta con una vasta oferta de actividades náuticas, de naturaleza, deportivas y de bienestar. O lo que es lo mismo, despliega una isla más azul, natural, activa y relajante que nunca.