En sus poco más de diez mil kilómetros cuadrados, Asturias despliega un territorio singular que se caracteriza no solo por sus contrastes y diversidad de paisajes, sino también por la cantidad de sabores que aguardan. Ya se sabe, en el Principado la gastronomía se convierte en destino como en pocos otros lugares del mundo. Allí se integra paisaje, restaurantes y productos a la perfección. Desde las guisanderas que guardan la mejor tradición de los guisos a la cocina de autor de las estrellas Michelin, pasando por tabernas, tascas y gastrobares de todo tipo, el buen hacer en los fogones durante generaciones ha colocado a Asturias en el radar foodie. Son muchos los que al hacer la maleta guardan también en ella una extensa y suculenta lista para abarcar con éxito el paraíso gastronómico asturiano. En ella se incluyen palabras como sidrería, cachopo, fabada, espichar, pote, frixuelos y una infinidad de nombres con denominación de origen que solo pronunciarlos hacen la boca agua.