La riqueza histórica y cultural con la que cuenta Castilla-La Mancha está presente en todos sus rincones. A lo largo del tiempo, han pasado por sus tierras todo tipo de civilizaciones que han dejado sobre ella una huella imborrable que aún pervive en cada una de sus provincias. Albacete, Ciudad Real, Cuenca, Guadalajara y Toledo atesoran a través de diferentes parques arqueológicos y yacimientos visitables una huella excepcional del pasado romano de esta región y en la que cada cultura que las habitó dejó su impronta.
LA MINA DEL IMPERIO
La antigua ciudad romana de Segóbriga da nombre al parque arqueológico. Esta ciudad, situada en el término municipal de Saélices (Cuenca), fue el centro productor y exportador de Lapis Specularis más importante de toda Roma. Este mineral, llamado también yeso especular o espejuelo, es un tipo de piedra de yeso traslúcido cuyo valor en la Antigua Roma fue altísimo. Se utilizó para cubrir los huecos de las ventanas durante los siglos I y II d.C. Dos mil años después, se puede seguir paseando por la que fuera esta ciudad romana y descubrir su teatro y anfiteatro y hacerse una idea de cómo fue la vida cotidiana en la Antigua Roma. Tampoco hay que dejar de visitar los yacimientos de la ciudad de Ercávica o la de Valeria, un ejemplo de ingeniería con su perfecto tramado para la provisión de aguas, ni la lujosa villa de Noheda para descubrir sus espectaculares mosaicos figurativos.

Mezquita del Cristo de la Luz, construida sobre el estrato romano de la ciudad de Toledo (losas de granito) © Turismo Castilla-La Mancha | David Blázquez
TERMAS Y ACUEDUCTOS
En Toledo, ciudad que el historiador romano Tito Livio definiría como urbs parva, sed loco munitia, que significa ‘lugar pequeño pero bien fortificado’, se encuentran entre otros muchos restos romanos las termas de Amador de los Ríos así como las estribaciones del acueducto sobre el río Tajo, el circo romano o el parque arqueológico de Carranque. En esta última localidad toledana se encuentra un enclave que surgió como centro de explotación de los recursos agrícolas de la Antigua Roma y ya en época tardorromana se configuró como un importante centro de poder. No hay que dejar de disfrutar de los maravillosos mosaicos de temas mitológicos excepcionalmente conservados que se encuentran en esta villa romana.

Centro de Interpretación de Libisosa, Lezuza © Turismo Castilla-La Mancha | David Blázquez
SUCESIÓN DE CULTURAS
En Albacete, Hellín acoge en su término municipal El Tolmo de Minateda, un parque arqueológico con más de 3000 años de antigüedad. En él, íberos, romanos y culturas posteriores como musulmanes levantaron impresionantes edificaciones de las que todavía a día de hoy quedan restos. En el actual recinto amurallado se conservan diversos restos murarios, entre los que destaca la torre principal, al menos cinco torres más, y diversos restos cuya cronología se remonta al siglo X. Si a este yacimiento sumamos el complejo que incluye las pinturas rupestres del Abrigo Grande de Minateda, declaradas Patrimonio de la Humanidad, el ámbito cronológico de esta área alcanzaría un periodo histórico de casi 8000 años.
Tampoco hay que dejar de visitar la antigua ciudad romana de Libisosa, en Lezuza, un territorio contaba con abundantes recursos hídricos, agrícolas y cinegéticos que favorecieron desde la prehistoria el asentamiento de comunidades humanas, favorecidas además por la existencia de salinas en su proximidad y de rutas ganaderas de trashumancia que la proporcionaron una gran riqueza. A día de hoy se puede pasear por su yacimiento y comprobar de primera mano las huellas íberas, romanas y medievales.

Sisapo © Turismo Castilla-La Mancha | David Blázquez
URBES Y VALIOSAS MINAS
Concretamente en Bienvenida de Almodóvar del Campo, Ciudad Real, se ubican los vestigios de Sisapo, una ciudad antigua vinculada a la minería del cinabrio, plomo y plata cuyos orígenes se remontan a finales del siglo VIII a.C. Paseando por este yacimiento se pueden vislumbrar las huellas de las murallas de época prerromana y romana, la necrópolis y varias casas de planta cuadrada que permiten conocer cómo era la vida en esta antigua ciudad. Muy cerca de la capital de provincia también se encuentra Alarcos, escenario en 1195 de la batalla en la que se enfrentaron almohades y castellanos y en la que Alfonso VIII perdió la plaza que no sería recuperada hasta 1212 en la Batalla de las Navas de Tolosa.
ENTRE VISIGODOS Y MUSULMANES
La localidad de Zorita de los Canes, en Guadalajara, fue fundada en época visigoda por Leovigildo en honor a su hijo Recaredo. Allí se encuentra el parque arqueológico de Recópolis, una joya histórica formada por los yacimientos arqueológicos de la ciudad visigoda de Recópolis y la ciudad andalusí de Zorita. A día de hoy, en un paseo por su interior, se puede descubrir su iglesia palatina, edificios comerciales y viviendas en la que aún hoy en día quedan restos de un palacio. Tampoco hay que dejar de visitar Driebes y los restos que fueron descubiertos en 2017 de una ciudad de la que se conocía la existencia pero que nadie lograba encontrar: Caraca, ya citada por Plutarco y Ptolomeo.
Todos y cada uno de estos rincones diseminados por la Comunidad Autónoma de Castilla-La Mancha permiten conocer la huella que los romanos fueron dejando por estas tierras. Un viaje al pasado a través de yacimientos que merecen la pena realizar.