Joyas urbanas bajo la nieve

Por qué La República Checa tiene el invierno más irresistible

Dicen que, durante esta época, las ciudades checas son como sus habitantes porque tienen las manos frías y el corazón caliente.

Da igual que los días sean más cortos o que el mercurio llegue a sus cotas más bajas: la República Checa sabe disfrutar del invierno. ¿Cómo? Pues con urbes y regiones que aprovechan la nieve y la Navidad para desmelenarse sin quitarse el abrigo, para exhibir con más orgullo su naturaleza y su rico patrimonio, para mostrarse más genuinas y singulares que nunca. Desde las cervezas y arte industrial de Pilsen hasta el Barroco de Olomouc sin olvidar las pintorescas sorpresas de Moravia Meridional. ¡Que comience el viaje!

 

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iStock-1087518496. Bohemia del sur entre birras y plazas

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Bohemia del Sur entre birras y plazas

En esta región, rodeada de ríos y lagos, abunda el patrimonio histórico en el que se mezclan los trazados urbanos medievales con palacios, castillos y construcciones modernas. Su capital es České Budějovice, una ciudad universitaria conocida sobre todo por la fábrica de la cerveza Budweiser Budvar y por un casco antiguo en el que resalta la Plaza de Přemysl Otakar II, la Catedral de San Nicolás, el Ayuntamiento y la Torre Negra, una construcción del siglo XVI cuyo acceso permite a los turistas disfrutar de la panorámica de toda la ciudad.

El encanto de las aldeas

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Barroco rústico

A 17 kilómetros y en la misma región se encuentra Holašovice, una pequeña y singular aldea localizada en medio de un idílico paisaje típico de la Bohemia del Sur. Lo que más llama la atención de este pueblecito son las preciosas fachadas barrocas de su plaza que, desde hace más de tres siglos, se han mantenido intactas. Su arquitectura exterior data del siglo XIX, cuando terminó la servidumbre de los campesinos y estos pudieron renovar sus casas rurales según el estilo barroco rústico de la época. Una maravillosa singularidad que la ha hecho ser patrimonio Mundial por la UNESCO. 

Bohemia del Sur Rozmberk. Bohemia del Sur

Foto: Turismo de la República Checa

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Castillos bajo la nieve

Otra de los hallazgos al sur del sur es el idílico Castillo de Rožmberk, una fortificación que, pese a estar abierta durante todo el año, multiplica su fotogenia con las primeras nevadas. Junto al cercano palacio neogótico de Hluboká forma un binomio imbatible para los viajeros más románticos. No en vano, no hace falta echarle mucha imaginación para situar aquí alguna escena de cuento de Disney o para imaginarse cualquier idilio de época. De hecho, su construcción entre 1840 y 1870 se realizó siguiendo el ejemplo del Palacio Real de Windsor. 

Cesky-Krumlov-invierno

Foto: Turismo de la República Checa

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Flechazo en Český Krumlov

Český Krumlov, a 25 kilómetros de la capital, se posiciona como una visita obligada en cualquier itinerario por la zona, más aún desde que la UNESCO la ha declarado Patrimonio Mundial de la Humanidad. Este pueblo medieval, rodeado de una exuberante naturaleza, localiza su Ciudad Vieja dentro del meandro que forma el río Moldava. Tampoco hay que olvidar el barrio de Latrán, al pie de una gran fortaleza en lo alto de un promontorio. Subir hasta allí permite vislumbrar toda la ciudad antigua a su paso por el río y, cómo no, enamorarse hasta el tuétano. 

Pilsen

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Pilsen es la caña

Es una de las mecas cerveceras de Europa y una de las ciudades con más encanto de la República Checa. Pilsen es histórica y monumental, por la fusión de estilos -barroco, neoclásico, renacentista y gótico- en cada una de las fachadas de su casco histórico; es cosmopolita, por haberse convertido en un cruce entre culturas; y es bohemia, por su carácter industrial habiendo reconvertido las fábricas en lugares que acogen la cultura y el arte.

Pilsen

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Religión y cerveza

En Pilsen se encuentra la segunda sinagoga más grande de Europa y la tercera más grande del mundo: la Sinagoga Mayor, cuyos interiores fueron diseñador por el arquitecto austríaco Adolf Loos. Otro de sus principales atractivos turísticos es la fábrica de cerveza Prazdroj, en la que se fabrica la famosa marca Pilsener Urquell, la primera cerveza rubia estilo pilsen. Y el Museo de las Marionetas, reconocido por la UNESCO como un arte, cuya historia está fuertemente arraigada a esta ciudad.

Brno (2). La metrópolis inquieta

Foto: Turismo de la República Checa

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La metrópolis inquieta

Moravia del Sur está pegando fuerte. En los últimos años está despegando por ser sinónimo de buena vida y mejor comer y, también, por tener una ciudad que no se ha conformado solo con ser la segunda de a bordo. Brno se ha convertido en una urbe vibrante y orgullosa, con una creatividad que desvela en cuanto se traspasa su piel y se dejan atrás sus apariencias y su fama de Mánchester checo. Aquí el viaje merece de una óptica diferente, curioseando en cada café, cada galería de arte y en cada una de esas fábricas que hoy presumen, mediante el diseño, de su estilosa desindustrialización. Imprescindible es, también, la Villa Tugendhat, obra maestra de Mies van der Rohe, que ejemplifica a la perfección que el funcionalismo es, también, bello. 

 

La aristocracia de antaño

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La aristocracia de antaño

En los alrededores de la capital Moravia del Sur, una de las más pintorescas del país, se encuentran varios puntos de obligada visita. El primero de todos ellos es el paisaje cultural de Lednice – Valtice, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Se trata de un complejo natural de 300km² en el que se encuentran los castillos de Lednice y Valtice, conservados para dar a conocer cómo era la vida de la aristocracia durante la época del romanticismo.

El segundo, a pocos kilómetros al norte de Brno, Karst Moravo. Una zona natural de espectaculares colinas calizas surcada por numerosas cuevas y profundos cañones. La más famosa de todas ellas es la cueva del río Punkva, en cuya visita se descubren sus salas cubiertas de estalactitas y estalactitas y el barranco de Macocha.

Naturaleza a espuertas

Foto: Turismo de la República Checa

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Rozando con Austria

La última visita obligada de la región de Moravia del Sur se encuentra en la frontera con Austria: Mikulov. Es la joya medieval de la región, conocida por muchos como la ciudad del cuento de hadas. Su centro histórico, su sinagoga y el cementerio de judíos son parte fundamental de la ciudad, junto a su imponente castillo del siglo XIII, a través del cuál se vigilaba el tránsito de carretas cargadas de ámbar de los Balcanes y sal del Mediterráneo.

Arte para todos en Olomouc

Foto: Turismo de la República Checa

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Arte para todos en Olomouc

Esta región homónima de Chequia es la ciudad barroca por excelencia y un destino perfecto para todos los enamorados del arte. Desde la Edad Media, Olomouc ha servido de escenario de grandes acontecimientos de la historia checa, por lo que es considerada centro espiritual e histórico de Moravia y, después de Praga, la reserva monumental más importante del país.

En lo que a arte se refiere, Olomouc es conocida por su Columna de la Santísima Trinidad, considerado uno de los conjuntos escultóricos más grandes de Europa Central. También por la Catedral Gótica de San Venceslao, el Museo archidiocesano y la Basílica de Monte Santo, un antiguo lugar de peregrinaje al que vale la pena acercarse para conocer las vistas a la llanura de Haná. Y, para los que prefieran una muestra de arte más actual, el Museo de Arte Moderno, en cuya exposición permanente, Siglo de relatividad, se recogen las obras de autores checos del siglo XX desde el expresionismo, cubismo y surrealismo checo hasta el op-art, la poesía virtual y el arte de los años 90.

Praga Vinohradsky pavilon

Foto: Turismo de la República Checa

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Praga como guinda

Quedan pocos epítetos que no se hayan usado ya para definir la capital checa. Y sin embargo, merece la pena redescubrirla aprovechando que es la puerta de entrada al país. Razones hay de sobra, desde el traje de invierno hecho de nieve y luces de colores que luce en esta época hasta su despertar cultural. No en vano, estos meses son perfectos para perderse por la cara moderna, hipster, indie y clandestina de la ciudad. El epicentro de este lado 'oscuro' tan estimulante es Praga 7, un barrio donde cada edificio industrial, cada café, cada bistró y cada centro comercial pelea por ser el más rompedor de todos.