Da igual que los días sean más cortos o que el mercurio llegue a sus cotas más bajas: la República Checa sabe disfrutar del invierno. ¿Cómo? Pues con urbes y regiones que aprovechan la nieve y la Navidad para desmelenarse sin quitarse el abrigo, para exhibir con más orgullo su naturaleza y su rico patrimonio, para mostrarse más genuinas y singulares que nunca. Desde las cervezas y arte industrial de Pilsen hasta el Barroco de Olomouc sin olvidar las pintorescas sorpresas de Moravia Meridional. ¡Que comience el viaje!