Santiago de Compostela, una escapada donde hacer historia

Partiendo de su Catedral, la ciudad sorprende con un impresionante patrimonio cultural, natural y gastronómico.

Santiago de Compostela es historia con mayúsculas. Por sus calles se respira su pasado milenario y la estela de todos los peregrinos que han llegado y siguen llegando a la Catedral, dotando la ciudad de un halo espiritual, misterioso, intelectual y apacible. Rezuma cultura y naturaleza por los cuatro costados, convirtiéndose en el escenario perfecto para que el viajero descubra en el corazón de Galicia una historia y un entorno fascinantes.

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SANTIAGO

Foto: Turismo de Santiago

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Meta de una ruta milenaria

La capital gallega empezó siendo un lugar de paso junto a una vía romana, hasta que el descubrimiento de la tumba del Apóstol Santiago le hizo cambiar de rumbo para convertirse en lugar de culto. El hallazgo ocurrió en el siglo IX, momento en el que empezaron a llegar peregrinos de toda Europa a Santiago de Compostela, ciudad santa de la cristiandad.  El Camino de Santiago transformó este paraje del finis terrae en punto de encuentro de la fe y el pensamiento del mundo occidental, donde se erigió una catedral románica que, con el paso de los siglos, adquirió elementos del Renacimiento y del Barroco.

Patrimonio y naturaleza a raudales

Foto: Turismo de Santiago

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Una ciudad hecha de piedra

La Catedral de Santiago sirvió para trazar la imagen monumental de la urbe, hecha del granito de sus monasterios, hospitales de peregrinos, numerosas iglesias, casas señoriales y plazas. Aparece monumental entre los verdes bosques del Noroeste español y las cercanas rías gallegas.

La ciudad fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1985 gracias a su importancia en el Camino de Santiago, a su belleza monumental y a la extraordinaria conservación de su patrimonio, que se alza entre callejuelas peatonales pavimentadas de grandes piedras. A ratos desembocan en plazas y plazoletas, donde detenerse a contemplar sus monumentos, a tomarse algo en las terrazas que le dan vida y a jugar en los parques con los más peques, quienes también pueden disfrutar observando el nombre de las calles, las gárgolas y las fuentes que las conforman. 

Recorriendo iglesias y museos

Foto: Turismo de Santiago

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Santiago de Compostela es cultura

Por sus calles emerge imponente una arquitectura que, empezando por la Catedral, narra la historia de Santiago desde sus orígenes hasta la actualidad. El viajero se da cita con varios conventos, monasterios, iglesias y colegiatas como el Convento de Santa Clara, el Antiguo Hospital e Iglesia de San Roque o el Monasterio e Iglesia de San Paio de Antealtares. También con la arquitectura civil del Mercado de Abastos y de las casas señoriales que flanquean sus paseos, que se entremezcla con los contemporáneos edificios de Eisenman, Hejduk o Siza, Y, entre todos ellos, 16 museos permiten adentrarse en un inmenso mundo artístico y cultural.

Manifestaciones culturales / Sin perder la tradición...

Foto: Turismo de Santiago

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Manifestaciones culturales arraigadas a la tradición

En Santiago de Compostela permanecen vivas la tradición y la espiritualidad. Así lo demostraron los últimos Años Santos y lo probará la cita jubilar de 2021. Conforma un escenario en el que se suceden manifestaciones culturales que van desde las fiestas populares hasta los festivales anuales de música, cine y teatro, exposiciones permanentes e itinerarios. Cada 25 de julio y los días precedentes, la ciudad celebra las Fiestas del Apóstol, día en el que salen a la calle los gigantes y cabezudos para animar a turistas, compostelanos y peregrinos.

En Santiago hay espacio para todos

Foto: Turismo de Santiago

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En Santiago hay espacio para todos

Desde que se estableció como punto de llegada y encuentro a raíz de la espiritualidad, la ciudad siempre ha sido tierra de acogida. Tanto si se llega solo, en familia o con amigos, se abre al visitante con todos sus atractivos culturales y naturales, que permiten disfrutar de Santiago de Compostela en todas sus versiones. Para los pequeños de la familia, cuenta con un tren turístico que recorre la ciudad, parques de ocio, actividades de aventura y una gran variedad de rutas para conocer sus alrededores.

¡Y muy verde!

Foto: Turismo de Santiago

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Abrazada por el verde

Desde casi cualquier punto de la ciudad, y en especial del casco histórico, se abren calles que descubren parques urbanos y que en la lejanía dibujan masas de arbolado de los montes que rodean a Compostela. A esa sensación de cercanía de la naturaleza contribuyen desde hace ya siglos los jardines históricos, el conjunto formado por el parque de la Alameda, el robledal de Santa Susana y el Campus Universitario Sur, más los parques de Santo Domingo de Bonaval y de Belvís, que siguen estando entre los lugares más emblemáticos y visitados de la ciudad.

Parques...

Foto: Turismo de Santiago

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Una estrechísima relación

La capital de galicia está asentada entre dos montes principales, el Pedroso y el Viso, y conformada por una serie de colinas que continúan en los alrededores y crean elevaciones que sirven de miradores naturales sobre el núcleo urbano y la omnipresente Catedral. La circundan dos pequeños ríos, el Sar y el Sarela, que se encuentran con varios senderos que discurren sus riberas cubiertas de molinos fluviales y de tradicionales fábricas de curtidos. Otros recorren el parque forestal del monte Pedroso, los diversos Caminos de Santiago y las restantes sendas rurales.

Las zonas verdes que abrazan la ciudad se suman a la relación histórica que Santiago de Compostela ha construido con el entorno natural, manteniendo las mismas estampas urbanas que ya tuvieron antaño los peregrinos.

De la huerta y del mar

Foto: Turismo de Santiago

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De la tierra y del mar

Tras una jornada entre cultura y naturaleza, hay que reponer fuerzas con la deliciosa gastronomía gallega. En Santiago comulga toda la tradición y riqueza culinaria de una cocina admirada por la calidad de sus ingredientes del mar y de la tierra. Por un lado, en los restaurantes de la ciudad uno encuentra merluzas, rodaballos, meros, lubinas, lenguados, besugos y rapes. Por el otro, la famosa ternera gallega, que brinda churrascos, solomillos y chuletones, y el cerdo con el lacón con grelo o el cocido gallego. Es una explosión de sabores tradicionales que, en ocasiones, se da cita con la innovación.

¡Es el turno del marisco!

Foto: Turismo de Santiago

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¡Es el turno del marisco!

La gastronomía gallega adquiere su máxima expresión con los crustáceos y moluscos, comúnmente denominado marisco. Cigalas, gambas, camarones, navajas, ostras, vieiras, mejillones, almejas, berberechos, zamburiñas, santiaguiños, centollos, langostas, bogavantes, bueyes de mar o nécoras se sirven cocidos o en parrillada, del tiempo o calientes. También aparecen en todo tipo de platos, como sopas, arroces y empanadas, o bien se sirven como tapas y raciones. 

Mención aparte merece el pulpo a la gallega, que se cuece y baña en pimentón y aceite de oliva, aunque también puede probarse guisado con cachelos (patatas). El primer plato por excelencia es el caldo gallego, elaborado con patatas, alubias y grelos o berzas cocinados con unto, la manteca de cerdo ahumada tan presente en los platos de invierno.

Tarta de Santiago

Foto: Turismo de Santiago

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Y de postres...

Con 200 años de historia, la Tarta de Santiago es el producto que todos quieren probar y llevarse a casa. Combina las proporciones justas de almendra molida, huevos, azúcar, mantequilla y canela debajo de un manto de azúcar en polvo que dibuja la cruz del Apóstol.

De postre también es típico comer quesos, entre los que se encuentran los de Arzúa-Ulloa, el de O Cebreiro, o el San Simón, puntiagudo y ahumado. Sin olvidarse del queso de tetilla, de sabor suave por su corta maduración, e inconfundible por su forma. Se consume junto a vinos gallegos, como el Ribeiro, de la rica zona vitícola de Ourense, el Albariño de las rías Baixas y el Amendi de la Ribeira Sacra. Y, como remate final, hay que tomar un chupito de aguardientes u orujos.