Contenido Patrocinado

Seis planes culturales cerca de Barcelona para disfrutar del verano

Fiestas milenarias y patrimonio histórico hacen un cóctel perfecto para aderezar un verano en los alrededores de la Ciudad Condal.

A pesar de que Barcelona es una ciudad con infinidad de lugares donde vivir la cultura, más allá de la capital catalana se pueden encontrar muchos espacios y eventos que ayudan a conocer más en profundidad un territorio que también tiene mucho que ofrecer. Un rico patrimonio, tanto material como inmaterial, abarca desde tradiciones hasta fiestas, sin olvidar la historia o la arquitectura, que forman parte del legado de Cataluña y de sus localidades y que son perfectos para vivir un verano más relajado y cultural.

1 /6
Cripta Colonia Güell, en Santa Coloma de Cervelló - Diputación de Barcelona. Ruta modernista a las afueras

Cripta de la Colonia Güell / Diputación de Barcelona

1 / 6

Ruta modernista a las afueras

Santa Coloma de Cervelló es una de las localidades de paso obligado si se quiere conocer parte del legado de Gaudí fuera de Barcelona. Además de recorrer las calles de la colonia industrial del siglo XIX, la cripta de la Colonia Güell, que según los rumores fue el taller donde el maestro ensayaba para la Sagrada Familia, sorprende por los elementos de la naturaleza que simula entre sus columnas, arcos y vidrieras. Para seguir disfrutando del legado del arquitecto, se puede recorrer la Nave Gaudí, en Mataró, que ahora es un centro de arte contemporáneo, o pasear por los Jardines Artigas en la Pobla de Lillet, un buen ejemplo de fusión entre arquitectura y naturaleza.

En Sant Joan Despí, el arquitecto modernista Josep Maria Jujol, discípulo y colaborador habitual de Gaudí, construyó, entre otros edificios, una casa de veraneo denominada Torre de la Creu. Y si de casas se trata, diferentes rutas guiadas muestran el modo de vida de algunos burgueses durante la Revolución Industrial en edificios como la Casa Clapés, en Granollers o la Casa Barbey en la Garriga, entre muchas otras. También el Maresme acogió a estas familias en sus veraneos, concretamente en localidades como Argentona, Canet de Mar, Cardedeu o la Garriga. Hacia el interior, en Cerdanyola del Vallès, en el Museo de Arte Can Domènech, se pueden admirar también dos de las vidrieras policromadas más espectaculares del Modernismo catalán.

Cuevas del Salnitre, en Collbató - Diputación de Barcelona. Cultura en la naturaleza

Cuevas del Salnitre / Diputación de Barcelona

2 / 6

Cultura en la naturaleza

El parque geológico y minero de la Cataluña Central, conocido como Geoparc, reúne y explica singularidades geológicas tan excepcionales como las Cuevas del Toll o la actual orografía de Montserrat y de Sant Llorenç del Munt i l’Obac. Estos dos parques naturales esconden en su interior un mundo subterráneo de simas y cuevas, como las del Salnitre, en Collbató, conocidas tanto por su espectacularidad como por inspirar a artistas como Santiago Rusiñol, Ramon Casas y Jacint Verdaguer, entre otros.

Para recorrer un auténtico museo al aire libre, es aconsejable visitar Cabrils para disfrutar del Arboretum, con 38.000 m² de extensión donde se pueden observar todos los árboles autóctonos de Cataluña. No se queda atrás el Observatorio de Pujalt, un centro de investigación y enseñanza de meteorología y astronomía situado a 750 m de altitud, que ofrece muy buena visibilidad para disfrutar de ambas disciplinas con interesantes visitas guiadas y observaciones astronómicas.

La Patum de Berga - Diputación de Barcelona. Fiestas y tradiciones milenarias

La Patum de Berga / Diputación de Barcelona

3 / 6

Fiestas y tradiciones milenarias

Cataluña es un territorio que conserva y vive sus fiestas y tradiciones con pasión, y eso puede afirmarse por celebraciones como La Patum, en Berga, reconocida como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO y con origen en las representaciones teatrales que acompañaban las procesiones del Corpus Christi en la Edad Media. Cada 16 de junio, el fuego, la música, los animales fantásticos y el baile hacen vibrar a la localidad en un juego de simbolismos y magia que también se puede descubrir en la Casa de la Patum.

En la misma fecha, un plan mucho más relajado pasa por recorrer las calles de Sitges, la Garriga y Sallent, engalanadas con coloridas alfombras de flores naturales. Sin embargo, la fiesta no cesa, y con San Juan llegan las hogueras, la verbenas en la playa, las cocas de Sant Joan y el cava. Esta fiesta es la que abre la veda a las fiestas mayores de los pueblos catalanes. Algunas de las más famosas son las Santas de Mataró, pero también la Fiesta Mayor de Vilanova i la Geltrú en honor a la Virgen María de las Nieves o la de Vilafranca del Penedès por San Félix, en la que se levantan espectaculares castells, al igual que en la Fiesta Mayor de Granollers.

Festival de Música Antigua de los Pirineos. Festivales de música estivales

Festival de Música Antigua de los Pirineos / Diputación de Barcelona

4 / 6

Festivales de música estivales

La música inunda las ciudades, pero también los pueblos, montañas y valles de Cataluña. Un ejemplo es el Festival de Música Antigua de los Pirineos, que se celebra cada verano en el Berguedà en iglesias, yacimientos y claustros. 

En Mataró, en julio, la Basílica de Santa María o el Convento de las Carmelitas permiten disfrutar de la música de un instrumento singular, el órgano; pero si el jazz es tu estilo musical favorito, en el mes de julio, en Vilafranca del Penedès se celebra el Vijazz, una combinación perfecta de buen vino y buen jazz. Quienes quieren descubrir el nuevo panorama musical, grupos emergentes y estilos más actuales, en Sant Boi de Llobregat se organiza cada año el Festival Altaveu, y para cerrar el verano, en septiembre, los mejores grupos catalanes del momento se reúnen en el Mercat de Música Viva de Vic en un homenaje a la lengua y al territorio.

Castells en Terrassa - Diputación de Barcelona. Fiestas 'castelleras'

Celebración 'castellera' en Terrassa / Diputación de Barcelona

5 / 6

Fiestas 'castelleras'

Vivir una fiesta castellera es sinónimo de emoción contenida y piel de gallina. Desde que se forma la base y se van levantando los pisos de estas impresionantes torres humanas, la música de las chirimías suena hasta que el más pequeño de todos, la anxaneta, corona el castell, alza su mano (fa l’aleta) y se desata la euforia. Estos castillos humanos, que constituyen todo un ejercicio de esfuerzo, solidaridad y compenetración, se inscribieron en 2010 como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad y pueden llegar a alcanzar los diez pisos de altura.

La Fiesta Mayor de San Félix, en Vilafranca del Penedès, el 30 de agosto, es una ocasión inmejorable para compartir la euforia colectiva de la culminación del castillo, pero en realidad son muchas las celebraciones que incluyen en su programa esta tradición única. Los mejores lugares para vivirlo son Vilafranca del Penedès, donde además se puede jugar a ser casteller de forma virtual, Vilanova i la Geltrú, Terrassa y Mataró, pero también se levantan castillos en las plazas de otros muchos pueblos y ciudades.

Poblado íbero de Olèrdola. Los poblados íberos

Poblado íbero de Olèrdola / Diputación de Barcelona

6 / 6

Los poblados íberos

Los pueblos íberos que ocuparon el territorio entre los siglos VI y I aC levantaron algunas construcciones que aún se conservan, entre las que destacan cuatro yacimientos de tribus diferentes. En la montaña de Olèrdola, en la comarca del Alt Penedès, los cesetanos construyeron un gran pueblo fortificado que supo adaptarse a la complicada orografía del terreno, aprovechando una muralla anterior. En la Esquerda, con unas amplias panorámicas de la llanura de Vic, los ausetanos crearon un poblado rodeado de murallas de seis metros de grosor, con dos torres macizas en la entrada, en el que se encontraron restos que se pueden visitar en su museo.

Los habitantes del Cogulló, los lacetanos, participaron en la fundación de lo que parece ser un importante lugar de relación comercial y de control territorial que a día de hoy sigue investigándose. Finalmente, en el yacimiento de Ca n’Oliver, poblado ibérico y museo se dan la mano en un cerro de la sierra de Collserola, donde la réplica de dos casas y un taller ayudan al visitante a conocer cómo los layetanos vivían hace más de 2.000 años.

Más información en www.barcelonaesmoltmes.cat/es

My Player placeholder
Barcelona