Descubriendo el Gers en Gascuña
Hay lugares cuya sola mención consigue transportar a un imaginario fantástico labrado por la historia, la literatura y las leyendas. Gascuña, con su nombre unido eternamente con el de D’Artagnan y los mosqueteros del rey Luis XIV, es uno de ellos.
Adentrarse al cercano territorio de la Gascuña significa conocer el departamento del Gers, cuyo corazón histórico se encuentra en la ciudad de Auch, la capital departamental, a tan solo una hora de Toulouse. Su catedral de Sainte-Marie es un Patrimonio de la Humanidad incluido en la extensión del bien cultural en serie “Camino de Santiago de Compostela” que la Unesco inscribió en la Lista del Patrimonio Mundial en 1993. Aguardan aún más sorpresas, como visitar el teatro “a la italiana” que hay dentro del ayuntamiento de la ciudad, del siglo XVIII; así como saber que en la ciudad existe un Museo de las Américas-Auch, con una colección de arte precolombino que es la segunda más importante de Francia tras la del Quai Branly de París. Otras salas muestran historia antigua y medieval o pintura y escultura más contemporáneas.

Catedral de Sainte-Marie en Auch y restaurantes | Foto: Collection Tourisme Gers/CDT32/S. Daudirac
Es impresionante también la escalera monumental (234 escalones) que une la parte baja de Auch con la superior. Imprescindible fotografiarse con la gran escultura de D’Artagnan, que hay en medio y observar, en el primer rellano, la obra "El observatorio del Tiempo”, escultura de Jaume Plensa. En el paseo por Auch no puede faltar un alto en el espacio departamental de arte contemporáneo Memento, (del 10 de junio al 8 de octubre) que ocupa el edificio del antiguo convento de carmelitas.
Una buena idea
Tras las huellas de D'Artagnan
Seguir al famoso mosquetero lleva hasta el pueblecito de Lupiac, lugar de nacimiento de Charles de Batz, personaje histórico real cuyas aventuras sirvieron de inspiración a Alejandro Dumas. Una estatua ecuestre y un museo con carteles de películas sobre los mosqueteros transportan a la Francia de aquella época. Una fiesta en el mes de agosto reúne a seguidores de los mosqueteros del mundo entero. También es sugerente desplazarse hasta la antigua ciudad episcopal de Condom. Junto a la catedral de Saint-Pierre, de estilo gótico flamígero, hay una impresionante escultura de cuerpo entero de los cuatro mosqueteros.
En un radio de 30 kilómetros alrededor de Auch se encuentra un considerable patrimonio. En Lavardens destaca su castillo, monumento histórico del siglo XVII, que alberga un centro de arte. Cerca de Valence-sur-Baïse, pueblo medieval del siglo XIII, está la joya de la abadía de Flaran, un conjunto cisterciense clasificado monumento histórico. En su interior brilla la excelente colección Simonow, con un centenar de obras que van desde el siglo XVII al XX que incluye grandes nombres de la pintura. Otros pueblos del Gers con encanto y que ostentan el privilegio de estar entre los más bonitos de Francia son: Montréal-du-Gers, pueblo medieval edificado en 1255; Larressingle, la villa fortificada más pequeña de Francia o Fourcès, un pueblo circular con casas con entramados de madera de los siglos XVII y XVIII.

Viñedo del Domaine Herrebouc en Saint-Jean-Poutge | Foto: Collection Tourisme Gers
Gastronomía: No solo de armañac vive el Gers
Entre los productos gastronómicos de la Gascuña sobresalen el omnipresente pato y el cerdo negro de Bigorre, que se cría en libertad en explotaciones familiares. No hay que irse sin probar la croustade, una tarta de fina masa rellena de manzanas aromatizadas con armañac.
Hay que mencionar también la importancia vitivinícola del Gers. El viñedo de la denominación Côtes de Gascogne es el principal productor de vino blanco de Francia. Los vinos Côtes de Saint-Mont son tintos históricos y los de la AOC Madiran y Pacherenc son excelentes. Aquí el aperitivo a pedir es el Floc de Gascogne y combina un armañac joven con dos tercios de zumo de uva fresco.
El armañac se produce a partir de la destilación de vino blanco seco. Se trata del aguardiente más antiguo de Francia y suele superar los 40 grados y se diferencia por su envejecimiento, que puede llegar a los 30 años o más. Se produce en tres zonas bien delimitadas, el Bas Armagnac, el Haut Armagnac y el Armagnac Ténarèze. Su destilación, que se produce entre noviembre y enero, según las bodegas, es una fiesta gastro-enológica que alcanza todo el territorio.

Vista del pueblo de Bruniquel | Foto: LezBroz
Tarn-et-Garonne: un patrimonio entre ríos, gargantas, campos y viñedos
El nombre de este departamento ya indica su vinculación a dos ríos importantes que serpentean el suroeste occitano: el Garona y el Tarn. El primero ofrece la prolongación del canal del Midi hasta el Atlántico. El segundo se muestra salvaje en las gargantas del Aveyron, para aparecer tranquilo en Montauban, la capital departamental en la que impera el color rosa del ladrillo tradicional. Cruzarlo por el Pont Vieux posibilita vistas hermosas de esta milenaria ciudad, una de las más antiguas y mejor conservadas de las tardías villas medievales del suroeste.
Nada mejor que admirar la estampa urbana de la ciudad tomando un aperitivo en alguna terraza de su imponente Place Nationale, con soportales y llena de palacetes construidos en la época dorada del tinte pastel que dio riqueza a la zona. Montauban, el lugar donde se exilió, murió y fue enterrado Manuel Azaña, es también la ciudad que vio nacer a dos artistas importantes, el pintor Ingres y el escultor Bourdelle, que comparten museo.
Una buena idea
Seguir el Camino de Santiago hasta Moissac
Este departamento se encuentra en una encrucijada de caminos y por ello los peregrinos lo escogieron como una etapa mayor de su recorrido. Destaca la iglesia de Santiago en Montauban, situada en pleno centro histórico y no muy lejos de la catedral. Pero la verdadera joya es el claustro de la abadía de San Pedro de Moissac. Con capiteles esculpidos en sus cuatro caras, es una obra mayor del románico europeo. Es un Patrimonio de la Humanidad englobado en el título de los Caminos de Santiago.

Descubriendo el pueblo de Lauzerte | Foto: Samfaitvoyager
En el departamento también se encuentran algunos de los pueblos más bonitos de Francia. Auvillar conserva su plaza triangular medieval, con una arquería excepcional. Bruniquel es una bastida encaramada, lo que posibilitó que tuviera dos castillos. Lauzerte, que fue un alto en el peregrinaje a Compostela, está situada “sobre el cielo” y ofrece vistas magníficas de los pequeños valles del Quercy. Unir patrimonio y naturaleza es fácil en el corazón de las gargantas del Aveyron, donde destaca la ciudad medieval de Saint-Antonin-Noble-Val. Sus callejuelas están llenas de casas con elementos arquitectónicos de interés que actualmente los artesanos han ocupado a modo de talleres.
De viaje por el departamento es una buena idea visitar la abadía de Beaulieu en Rouergue, una antigua abadía cisterciense que es Monumento Nacional de Francia y que se ha reconvertido en centro de arte contemporáneo con lo que ofrece una visita de lo más excepcional. El lugar invita a la meditación y al paseo. Alberga la colección Brache-Bonnefoi, que cuenta con 1.363 obras, de las cuales se exponen unas 350. Es la segunda colección más importante de arte contemporáneo de «la escuela de París» después de la del centro Pompidou. En verano es posible disfrutar de un restaurante y de animaciones.

Viñedo de Quercy | Foto: Camille Chrétien
Gastronomía: vida en los mercados
Los mercados de productores del Tarn-et-Garonne tienen mucha fama y se han convertido en un destino en sí mismos. Los hay para cada día de la semana y los más renombrados son los de Caussade (lunes), Valence- d’Agen (martes), Lafrançaise (miércoles), Castelsarrasin (jueves), Montricoux (viernes) Montauban y Beaumont-de-Lomagne (sábado) y Saint-Antonin-Noble-Val (domingo). De sus productos destaca el ajo de Lomagne, con Indicación Geográfica Protegida. Conocido desde la Edad Media, actualmente 300 productores cultivan este ajo blanco, de aroma potente y amaderado que encontramos en numerosos platos, especialmente acompañando al pato, al foie-gras o incluso a los macarons.
También tiene IGP el melón de Quercy, con su incomparable carne naranja de gran calidad. Mientras que la uva chasselas de Moissac fue la primera fruta que obtuvo, en 1971, una denominación de origen. Desde 2017 está inscrita en el Inventario Nacional del Patrimonio Cultural Inmaterial. Es una uva de mesa excepcional, pero también da zumos exquisitos, mermeladas y bebidas alcohólicas.
El Tarn-et-Garonne es tierra de vinos. Más de 1.850 hectáreas de viñedos producen hasta seis denominaciones de origen: Fronton, Coteaux du Quercy, Brulhois, Saint Sardos, Lavilledieu y Coteaux et Terrasses de Montauban IGP Comté Tolosan. Los rosados imperan en verano, pero en general, son vinos aromáticos, finos, agradables y equilibrados, tanto en el caso de los blancos como en el de los tintos, porque nacen de variedades nobles. Sin duda, una forma de acabar el viaje por el Suroeste de Occitania con muy buen sabor de boca.