Camino de Santiago Aran Pirineos

Los tesoros ocultos de la Val d’Aran a través del Camino de Santiago

Este trazado recupera el histórico paso que enlazaba con los territorios del sur de Francia y muestra en sus tres etapas los tesoros naturales y culturales del valle.

Los peregrinos que cruzaban Francia con dirección a Santiago de Compostela debían encarar serios peligros, entre ellos el que suponía atravesar la barrera pétrea que en aquellas épocas remotas eran los Pirineos. En la actualidad, el acondicionamiento del trazado histórico que enlazaba los territorios de Comminges, en el sur de Francia, con la Ribagorza permite revivir aquellos tiempos. Eso sí, ahora sin que suponga ningún contratiempo para los peregrinos. 

 

El recién estrenado Camino de Santiago Aran Pirineos permite hacer el recorrido a través de 14 etapas y conecta con el Camino de Santiago Catalán (también conocido como Camí de Sant Jaume). En sus etapas por la Val d'Aran, esta vía se convierte en una oportunidad única para realizar una inmersión total en la cultura y patrimonio del valle, siguiendo la rivera del río Garona y haciendo parada en algunas de las poblaciones aranesas más bellas.

 
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Foto: Visit Val d'Aran

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Un recorrido señalizado

El Camino de Santiago Aran Pirineos parte de San Bertrán de Cominges (Francia) y llega a la Val d’Aran, donde siguiendo el antiguo itinerario del Camín Reiau, se suceden tres etapas con parada en Les, Vielha y Conangles. Para que no haya pérdida posible, en el trazado aranés se han colocado diferentes elementos de señalización que cuentan con su propio logotipo identificativo. Desde el Consèlh Generau d'Aran, además, se expedirá una Credencial del Peregrino específica.

valdaranphotos camino santiago DSP3808. Tres etapas y muchas sorpresas

Foto: Visit Val d'Aran

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Tres etapas y muchas sorpresas

El tramo aranés comienza en Saint Béat-Lez con la tercera etapa del Camino de Santiago Aran Pirineos, compartida entre Francia (Haute-Garonne) y España (Val d’Aran), y tiene como final de etapa la encantadora ciudad de Les. La cuarta etapa (Les-Vielha) sigue de cerca la ribera del Garona para remontar el fondo del valle por los históricos caminos tradicionales. Finalmente, la quinta etapa entra en terreno de alta montaña para superar el eje de los Pirineos por el puerto de Vielha (2.444 m), uniendo la capital del valle con el refugio de montaña de Conangles. Más allá, el camino entra al valle de Barravés, ya en la provincia de Lleida.

 

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Foto: Visit Val d'Aran

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Planes rurales (y también urbanitas)

La ruta aranesa pasa por pequeñas poblaciones como Es Bordes, Aubèrt, Begòs o Vilac y por otros núcleos mucho más animados como pueden ser Les, Bossòst o la propia capital del valle, Vielha. Cada una de estas poblaciones son en sí mismas un destino por el que callejear y disfrutar de los bellos rincones de su entramado urbano y de la característica arquitectura civil aranesa, así como de la amplia cantidad de patrimonio histórico y cultural que se encuentra en ellas. 

Además, la animación y la oferta de restaurantes y bares donde relajarse tras cada etapa de caminata está completamente garantizada. No sólo en Vielha, que destaca como la capital gastronómica del valle, sino también en el resto del territorio gracias a la Marca de Garantía que pone en valor a14 productores artesanales y 45 productos que cuidan con su buen hacer tanto del sabor como el medioambiente del que sacan los recursos. Tras la llegada a Vielha en la cuarta etapa, el peregrino puede regalarse un baño termal en el complejo lúdico-termal de Arties. La alternativa es hacerlo antes de comenzar la ruta aranesa, una vez que se llega a Les, donde, además, se puede visitar la sorprendente piscifactoría de Caviar Nacarii, procedente del esturión. Quien no se anime a disfrutar de este plan de gastroturismo siempre podrá hacer acopio de alguna lata de este manjar para animar los picnics del camino en la tienda ubicada en Vielha.

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Foto: Visit Val d'Aran

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Un máster en románico (y mucho más patrimonio)

Las iglesias románicas de la Val d’Aran son todo un emblema. Cada una de ellas es única y constituye un fenomenal conjunto artístico con algunos ejemplos a destacar, como la Iglesia de Santa María de Arties y su fotogénico cementerio. La Iglesia dera Mair de Diu dera Purificacion, en Bossòst, también es un bello ejemplo de todo lo que puede dar de sí la arquitectura románica del siglo XII. Pero más allá de las espectaculares torres campanarios (mención aparte merece la imponente torre de Sant Miquèu de Vielha) el patrimonio histórico del valle cuenta con encantadores lavaderos antiguos en las poblaciones más pequeñas, con una buena colección de ermitas como las siete que se encuentran en Bossòst y diferentes ejemplos de arquitectura civil reflejada en la casa señorial Çò de Rodes o la Plaça d’Aran, ambos en Vielha. 

 
iStock-1147968136 (1). Un Patrimonio de la Humanidad con mucha temperatura

Foto: iStock

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Un Patrimonio de la Humanidad con mucha temperatura

Los peregrinos que realicen la ruta durante el solsticio de verano tendrán la ocasión de poder presenciar uno de los hitos culturales más importantes (y espectaculares) de la Val d’Aran: la celebración de las fallas del Pirineo, declaradas Patrimonio cultural inmaterial de la Humanidad. En concreto, las poblaciones de Les y Arties mantienen viva la tradición milenaria de fiestas del fuego que se remontan a ritos celtas. Precisamente, en Arties hay un monumento dedicado a su Fiesta del Taro. Mientras que la crèma deth Haro de Les (en la imagen) también tiene lugar el 23 de junio, coincidiendo con la festividad de San Juan, y supone el arranque de las fiestas patronales de la localidad.

 

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Foto: Visit Val d'Aran

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Y, por supuesto, ¡mucha naturaleza!

El río Garona, sus bosques de ribera, los caminos tradicionales, los arroyos saltarines, cascadas y praderas alpinas son algunos de los elementos que constituyen la belleza natural de la Val d'Aran, de la que Josep Pla destacó “los grandes bosques de abetos de sus importantes laderas”. A los abetos se le suman otros muchos atractivos paisajísticos, como el enclave Uelhs deth Joeu, en Es Bòrdes, una espectacular cascada que funciona, además, como puerta de entrada al paraje de Artiga de Lin, una extensión de prados entre bosques de hayas y abetos que concentra la esencia de los paisajes del valle. Así mismo, la última etapa aranesa regala a los peregrinos el bosque de Conangles, una de las zonas boscosas de hayas y abetos más importantes de la Península Ibérica y que cada época del año tiene su propia belleza.