Justo al lado al río Támesis y el Puente del Millenium se erige uno de los museos de arte contemporáneo más importantes del mundo: la Tate Modern. Sin embargo, su estructura no es minimalista ni sigue ninguna corriente arquitectónica moderna. Todo lo contrario. Es una antigua central eléctrica que conserva su estructura de ladrillos y la chimenea, que lleva décadas contribuyendo en el skyline londinense.
En su interior conserva la sala de las turbinas, el hall principal del recinto actual. En uno de los extremos, los arquitectos Herzog & De Meuron ampliaron el museo con una nueva Switch House, construida con 70.000 ladrillos que se mimetizan con el resto para conformar una única estructura. En su interior, permanecen la sala de las calderas y los tanques originales. Desde el año 2000, toda la estructura se ha llenado de arte contemporáneo hasta convertirse en una de las principales atracciones de Londres, que forma parte del conjunto de museos Tate junto a la Tate Britain, Tate Lierpool y Tate St Ives.
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