Hay árboles que parecen desafiar la lógica e, incluso, su propia naturaleza. Es el caso del árbol hambriento, un platanero irlandés que ha recibido este sobrenombre por su extraña gula. Y es que, durante los últimos 80 años, este ejemplar fue creciendo en anchura abriéndose paso a su antojo sin respetar nada a su paso. Su 'víctima' más famosa es un banco de hierro instalado para que los estudiantes y visitantes de la Honorable Sociedad de King's Inns, la escuela de derecho más antigua del país, se relajaran al aire libre. Hoy se ha convertido en una curiosidad que hace que muchos turistas se desvíen para contemplar esta rareza.