Los arrozales que colonizaron una isla

Los primeros colonos de Madagascar procedían del sureste asiático, algo que se refleja en las grandes extensiones de arrozales que inundan la isla de extremo a extremo.

Arrozales de Madagascar

Foto: iStock

Hace más de mil años, un grupo de navegantes recorrieron más de 6.000 kilómetros hasta llegar a las costas de la cuarta isla más grande del mundo, Madagascar. Procedían de Indonesia y Malasia, una influencia que hoy sigue siendo visible a primera vista en la isla roja. Se percibe al escuchar hablar a sus habitantes, que utilizan el malgache, una lengua originaria del sureste asiático, y se confirma al observar los grandes arrozales que se extienden a lo largo y ancho del territorio. Una copia del paisaje más icónico del continente asiático que consigue transportar al viajero al mismísimo Yunnan, en China, donde se concentra el área de arrozales más bellos del mundo situados a 2.000 metros de altura. En este caso, la imagen se ubica en los llamados highlands (Tierras Altas) de Madagascar, en el centro mismo de la isla y es posible visitarlo, aunque su acceso es complicado por la falta de infraestructuras.

El arroz es tan importante en la cultura de Madagascar que hasta tienen un dicho muy conocido: “Quien no ha comido arroz, no puede conciliar el sueño”. Algo normal porque no comer arroz un día significa no haber hecho ninguna comida puesto que este alimento se encuentra en el desayuno, el almuerzo, la comida e incluso la cena.

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