Calificada por Goethe como el balcón de Europa a comienzos del siglo XIX, la Terraza Brühl era en sus orígenes parte de las murallas construidas para proteger la ciudad de Dresden. En 1748, el conde Henrich von Brühl las transformó en un extenso jardín con terrazas para su gran palacio y decidió regalarla a cambio de la introducción de un nuevo impuesto. Finalmente, en 1814, cuando se finalizó la construcción de una escalinata que conectaba con la Schlossplatz, el espacio se abrió al público.
En cada uno de los extremos de la escalera se colocaron cuatro esculturas de bronce, un conjunto que recibió el nombre de Vier Tageszeiten, que significa “las cuatro horas del día”. En esta terraza destacan varios reclamos turísticos: el Parlamento estatal, la Academia de Arte Real, los tres museos del Albertinum y el Memorial Samper. También bajo la terraza se encuentra parte del patrimonio de la ciudad, restos renacentistas del antiguo Dresde, donde se pueden visitar salas de guardia, sistemas de defensa medievales e incluso el puente de la ciudad vieja.
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