Hace 180 millones de años que las entredaderas y el dosel de la selva tropical de Daintree crecen en el extremo nororiental de Australia, fecha que le ha llevado a ser considerada la selva tropical más antigua del mundo. Desde hace más de 60.000, también es hogar de los Eastern Kuku Yalanji, un pueblo aborigen australiano originario de las regiones selváticas del extremo norte de Queensland.
Después de años de lucha, Australia devolvió en 2021 más de 395.000 acres de cuatro parques nacionales a los Kuku Yalanji en un acuerdo histórico que pretende reparar el daño causado a los pueblos indígenas y preservar el bosque, incluido en la lista de la UNESCO desde 1988. Las tierras pasaron a ser gestionadas conjuntamente por el Gobierno de Queensland y el pueblo, que recibe fondos anuales del país para ayudar a gestionar los parajes, como ya ocurre en la Barrera de Coral y el Parque Nacional Kakadu, ambos en el norte del país, así como el de Uluru, en el desierto rojo australiano.
El bosque conecta con la Gran Barrera de Coral, siendo uno de los únicos lugares del mundo en el que se pueden observar dos sitios naturales declarados patrimonio de la humanidad uno al lado del otro. Quienes lo visitan, pueden disfrutar de centenares de especies de animales, sumergirse en piscinas natruales o empaparse de los conocimientos ancestrales del pueblo originario. No es de extrañar que Sir David Attenborough lo haya calificado como "el lugar más extraordinario de la Tierra".