
El Buda Doreman destaca no solo por sus dimensiones (supera los 51 metros de altura) y por su reluciente color dorado, sino también por esconder en sus entrañas 125.000 budas fundidos en bronce y dorado. Fue construido en 2015 para celebrar el 60 aniversario de Jigme Singye Wangchuck, el cuarto rey de Bután. Con el tiempo, este rincón del Parque Natural Kuenselphodrang de la capital del país se ha convertido en una enorme sala de meditación.
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